El viaje (MewGulf)

Capítulo Diez

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Después de que los agentes infiltrados sacarán a los traficantes, los refuerzos buscaron más pistas dentro del lugar y se llevaron al jefe que Boat había detenido. Una ambulancia estaba afuera del edificio esperando por heridos, a los chicos les revisaron, hicieron unas cuantas preguntas y dejaron que se fueran a descansar. 

Saint y Gulf regresaron al hotel junto a sus esposos siendo llevados por Boat, él debía regresar a la comisaría para arreglar unas cosas pero dejaría a los jóvenes esposos en el hotel, aprovecharía ver un momento a Mild a quien había dejado solo, por largo tiempo.

Cuando llegaron al hotel, fueron recibidos por el gerente, quien les dió disculpas y ofreció otros días de cortesía. Los hermanos aceptaron aunque creyeron que nadie tenía la culpa. Agradecieron a Boat por todo, retirándose a su habitación. Zee llevaba de la mano a Saint, cuando ingresaron se sentaron juntos  en la orilla de la cama. Gulf se sentó a un lado de su hermano y Mew en la cómoda que estaba enfrente. 

–¿Cómo fue que nos encontraron?–preguntó Saint viendo a su esposo y cuñado.

–Fue suerte–contestó Zee empezando a relatar lo sucedido. 

Flashback

Subieron a su habitación después de haber escuchado que debían esperar a que las autoridades llegarán para empezar la búsqueda. En completo silencio cada uno se perdió en sus pensamientos hasta que Mew decidió hablar –Algo no está bien Zee –Se quejo.

–Lo sé. Por esa razón iremos a buscarlos. 

Mew esbozo una sonrisa de tranquilidad por un momento pensó que Zee se quedaría sin hacer nada. A Zee se le conocía por paciente pero era persistente cuando se trataba de Saint, al igual que él con Gulf. Buscarían por su cuenta, no podían quedarse de manos cruzadas. 

Bajaron al lobby buscaron a Mild quien por suerte seguía allí sentado con el semblante lleno de preocupación.

–Se que hay algo que Boat no nos dijo. 

Mild suspiro, para después contarles todo lo que Boat le dijo. Ellos agradecieron, encaminandose a recepción y preguntando por el guía. Cuando encontraron al guía pidieron orientación. 

Resulta que el detective encontró al jefe de la comisaría sin saber de ninguna desaparición, buscaron información encontrando archivos y documentos señalando que el suboficial era cómplice de contrabando y tráfico. Encontraron el lugar donde operaban tales atrocidades. Boat pidió una unidad que lo acompañara, dijo al jefe de la comisaría que preparara a los demás para recibir la señal de ataque.

En la carretera encontró a Mew y Zee,  Sin ninguna opción de mandarlos al hotel por lo insistentes que eran comunico todo lo que sucedía. Cuando llegaron al lugar todo estaba planeado. Amenazaron al cirujano y quitaron a sus asistentes siendo ellos los que se infiltraran fingiendo ser los ayudantes del doctor sin que el jefe los viera. 

Fin del Flashback

–Amor, estoy sorprendido, debo decir que me prende el hecho de que seas mi héroe–dijo Saint agarrando de las mejillas a su esposo y plantandole un piquito ruidoso. 

Gulf veía la escena tranquilo de que su hermano estuviera mejor, confiaba en que su cuñado lo consolara y cuidara.

–Vamos cariño debes descansar – dijo Zee a su esposo levantándose y agarrándolo de la mano.

–¡No!–detuvo Saint a su esposo–me quedaré aquí con mi hermano. Aunque estemos bien no quiere decir que voy a dejar a este imbécil con Gulf–señaló a Mew.

–Cariño, deja que ellos hablen, Mew le debe una explicación a Gulf después de todo–intervino Zee.

–Me niego–se cruzó de brazos frunciendo el ceño.

–Entiendo que no quieras dejar a tu hermano y también me disculpo contigo, porque sé que debiste sufrir viéndolo sufrir a él–Saint cambió un poco su expresión, pero aún así tenía la firmeza de no dejar a su cuñado con su hermano. 

–Gulf antes de que aparecieran Ann estaba un tanto apegada a mi en todo la planificación del proyecto. Era incómodo y tedioso, quería salir luego, para ir por ti, levanté mis planos y cuando levanté el rostro Ann se pegó a mi estampando sus labios, la hice a un lado y fue cuando te vi caminando hacia la salida. 

–¿Ann? Espera, ese nombre…–intervino Saint–no despidieron a esa rastrera–se dirigió con el ceño fruncido hacia Zee. 

–El jefe dijo que le daba una oportunidad porque ella le suplicó varias veces que no la despidiera, porque necesitaba ayudar a su madre. 

–¿A qué se refieren con despedir?–pregunto Gulf.

Saint siguió la conversación explicando todo el problema que tuvieron con ella y la razón del porque no les habían dicho nada, pensaron que por la advertencia de Zee y con la del jefe iba a ser suficiente. Pero no fue así. Entonces Saint le creyó a su cuñado y le dijo a Gulf que la compañera de ellos era una loca. Después de haber aclarado todo Saint y Zee fueron a descansar a la otra habitación mientras Mew y Gulf se quedaron solos. 

Gulf aún seguía sentado al borde de la cama. Se sentía feliz de saber que todo había sido un malentendido, además en el fondo de su corazón creía en su esposo.

Mew se acercó a Gulf para colocarse a su altura, sostuvo sus manos y lo vio a los ojos queriendo descifrar los pensamientos de su Kana.

–He sido un tonto–dijo Mew besando la mano de Gulf–un idiota por haberme tardado tanto en querer reparar las cosas. Entiendo si ya no deseas estar conmigo, aunque no te engañe, si te lastime con mis absurdos celos y reclamos.

–Gulf acercó una mano hacia el rostro de Mew con cariño–No eres un tonto, yo también me tarde, también te lastime–dejo caer sus lágrimas–No quiero separarme de ti, cuando estuve atado a punto de morir lo único que quería era verte. Porque aún sigo amándote. 

–También sigo y seguiré amándote. Por favor empecemos de nuevo, juntos con nuestro bebe–dijo acercándose para dar un beso en el vientre de Gulf. 

Gulf asintió, para después darse un beso que tranquilizaba sus almas, un beso que decía cuánto se extrañaban y cuánto miedo tienen de perderse. 

Después de haberse dado cariño y besos prometiendose que se comunicarán y pondrán en primer lugar su matrimonio se dieron un refrescante baño, se cambiaron y se metieron debajo de las sábanas para descansar. Mew abrazo a su esposo pensando que por poco lo pierde.