Lo peor de una historia que acaba mal, es cuando la superas.
Sufriste por nada. Ya casi no te acuerdas del protagonista. La trama pierde sentido. Como ese libro que leíste hace mucho y sabes que, si lo volvieses a leer, ya no te gustaría. Porque ahora ves, piensas y actúas diferente.
Eres ese libro. El libro que no volvería a leer, el que no recomiendo a mis amigos, del que perdí la buena opinión que tenía. Eres ese protagonista, que solía encantarme y que ahora encuentro insoportable.
Eres esa trama que hoy me resulta aburrida. No recuerdo qué sentía, no entiendo cómo la disfrutaba. Tan simple, tan predecible, tan insípido.
Ese eras, eres y siempre serás tú.
Un libro en mi librero que seguirá acumulando polvo por mucho tiempo. Hasta que decida desecharlo y así tener espacio para uno nuevo.
Un libro que me despierte, me devuelva la vida. Uno que se volverá mi favorito.
Uno que no será tu reemplazo, porque no se pueden siquiera comparar.
Y es que tu portada me engañó de una manera increíble. Una portada que no mereces, una que no tiene nada que ver con tu contenido. Una farsa, un engaño, una estafa.
Si tu portada reflejase lo que hay en tu interior, nadie te compraría. Nadie te leería.
Y, lo peor de esta mala historia, es superarla.
¿Por qué? Porque sufriste por nada.
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Ella es mejor
Short StoryCreo que tengo mi primer corazón roto. Y lo peor es que tiene sentido. Porque ella es mejor. [Inspiración: Heather- Conan Gray]