Es un 7 de julio a las 10:35 de la mañana como cualquier otro, bueno, no como cualquier otro ya que estaba naciendo un niño.
-¡Vamos señora, puje un poco más!- decía la enfermera mientras la mujer daba a luz a su pequeño.
Al cabo de un largo rato pujando, gritando y sufriendo un poco para sacar a un niño de dentro de si misma, la mujer logró sacar a un niño de cabello blanco como la nieve y una tez tan blanca que el pequeño parecía albino.
-Es precioso...-dijo la mujer mientras miraba, sonreía y apreciaba a su hijo recién nacido.
Una vez que se fueron las enfermeras y el doctor, llegó su esposo con su hija más grande, la niña era rubia, con una tez trigueña y unos ojos verde esmeralda, algo alta y bastante sonriente, el hombre era de un cabello blanco idéntico al del recién nacido y unos ojos morados como una amatista.
-Es...es igual a vos...- dijo a su esposo en tono bajo la mujer mientras agachaba la mirada.
-¿Y a mí que me importa? mientras me de guita cuando crezca un poco me da igual, más le vale comportarse porque si no una que otra trompada se va a llevar ese pendejito. -decia el hombre en un tono algo alto y como si estuviera molesto.
-Solo déjalo crecer con algo de felicidad, por favor, Valentino... -seguia diciendo en un tono bajo la mujer.
-Yo voy a hacer lo que quiera con ese nene, al final es mi hijo y me va a obedecer a mi y lo sabes, Marie. -dijo Valentino antes de darse la vuelta e irse golpeando con fuerza la puerta cuando salió.
Hubo un momento de silencio entre Marie y la pequeña niña que se veía de unos tres años, hasta que la pequeña decidió hablar:
-¿El es mi hermanito? -decia con su suave voz mientras se acercaba a su madre que tenía al bebé en brazos.
-Si, si lo es, deberás protegerlo mucho como yo lo hago con vos y ahora también con tu hermano -dijo Marie con una voz suave y una sonrisa en la cara mirando a la pequeña.
-¿Papá está molesto? -dijo la niña con un tono que demostraba miedo hacia el hombre.
Marie suspiró ligeramente y dijo bastante bajo:
-Lo está, esperemos que le pase pronto, si no...ya sabes que debes hacer, Akira.
Akira asintió ligeramente, ya sabía bien que debía hacer si su padre estaba molesto ya que era cosa de todos los días.
-¿Cuándo vas a volver, mamá?-dijo Akira con la cabeza baja y algo asustada
-Voy a volver en unos días, no te preocupes mucho por mi, vos tenés que cuidarte mientras yo esté acá, ¿Si?
La pequeña asintió con la cabeza hasta que de un segundo al otro estaba la puerta abierta con su padre asomándose el cual le dijo:
-Nos vamos ahora, Akira, despedite de tu mamá y mañana capaz volvemos así que no me rompas las pelotas. -dijo en un tono bastante molesto y casi gritando del enojo.
-Ya voy... -dijo mirando a su padre cerrando la puerta y después devolviendo la mirada a su madre y su hermano- me voy mamá, mañana vuelvo, cuídate mucho, te amo -sonrió y salió de la habitación saludando con la mano para así encontrarse con su padre y retirarse del hospital a su casa.
Marie vió a su hija irse y después al bebé que tenía en brazos y dijo:
-Voy a hacer todo lo posible para que seas feliz, Matthew. -dijo sonriendo un poco.
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¿Por qué tan triste, Matthew?
AcciónEsta historia trata sobre la vida de un chico llamado Matthew el cual tuvo una vida bastante complicada y desastrosa que le generó traumas y problemas a lo largo de su vida y adultez, ¿Logrará Matthew superar todo su pasado? Importante: la imagen de...