Sin Dioses Ni Hombres

Capitulo 8

Sus miradas chocaron. Verde zafiro contra negro Ébano. Se examinaron de arriba a abajo como si aún no se terminaran de reconocer. Aunque los gritos de desesperación y las llamadas de seguridad inundaban la sala de una forma incesante, no les importaba en absoluto, para ellos todo estaba en silencio absoluto. Se podrían nombrar muchas de las emociones que brotaban entre Castian e Icarus: Miedo y ya una latente desesperación por un lado y por el otro odio y rabia al igual que una asfixiante curiosidad.

Elizabeth frunce el ceño hartamente, no lograba entender por qué, él porque  ese hombre le plantara cara de esa manera. Klaus tuvo que agarrar por un brazo a Saltykova para contener su ataque de ira, a la vez que este apretaba su mano libre de una manera que se le estaba tornando rosado. Federico miraba incrédulo a Castian. No podía creerse que ese era un caído, se parecía mucho a una persona. ¿Cómo era posible identificarlos de una persona normal? Labulet era la que poseía más experiencia y ni ella esperaba tal situación. De sus labios color sangre solo surgió una palabra:

—Llévenselo —ni demasiado fuerte, ni demasiado suave, lo suficiente para que los guardias al instante reaccionaran.

Castian levanta las manos en forma de rendición. No tenía intención de pelear. La última vez que lo hizo recibió unos golpes tremendos en la cabeza y aunque no tenga a nadie que proteger, la simple presencia de Icarus era sinónimo de derrota en batalla. El dolor de aquellos golpes lo habían dejado bastante mal en el camino hacia la capital de Valkyrian; le costaba mantenerse en pie, pero lo peor para él fue el viaje en el fluxa, odiaba esa máquina, su velocidad casi lo mataba de un infarto, eso sin contar lo asfixiante que era ser escoltado por 5 hombres o eso cree èl haber contado. Unos hombres en traje lo agarran y lo esposan de nuevo con esas cerraduras gigantes.

Castian nota que ahora la cerradura ya no estaba del lado donde sus manos salían; al contrario. Estaban mirando hacia él. Totalmente fuera de su alcance. ¿Acaso Elizabeth dedujo como se salvó? La verdad no le importaba, eso no tenía relevancia. No pensaba escapar. El sentía que sus propias acciones lo acorralaron, y no podía dejar de sentir que lo pudo manejar de otra manera pero sabía que era mentira, los sucesos se decidieron apenas se topó con aquella chica tímida, cordial, abnegada y si se lo proponía osada. Ellen. Fue una ingente y fatal casualidad que sus caminos se cruzaran, aun así no estaba molesto por eso, solo algo dolido por su desenlace.

Los guardias se lo llevan afuera del palais garnier. La gente le abucheaba, gritaba y algunos lanzaban piedras. Uno acertó y le dio en la cabeza a Castian. Le empezó a sangrar un costado, la sangre seguía su camino por la mejilla derecha, la cual termino cayendo como gotas de su mentón. Los guardas estaban totalmente indiferentes ante esto, no se esforzaban por bloquear las trayectorias de las piedras. Se habían ubicado dos adelante y dos atrás para no recibir ningún golpe. La noche hacia parecer la sangre más oscura de lo que era.

— ¿No me pueden quitar la chaqueta? —Pregunta Castian haciendo caso omiso al golpe, aunque las puntadas de dolor no tardaron en aparecer— es rentado y se va a manchar.

—sxlosos! (¡callate!) —le dice uno de los guardias con traje que tenía atrás. Era alto, moreno y estaba rapado.

Antes de que llegaran al final de la multitud ya había un vehículo blindado  para llevarlos a una estación de Fungies o fluxa, quizás algo peor, solo esperaba poder ser interrogada por la consejera de Bloodingrose. Montan a Castian en el camión y Valerya con Klaus buscan montarse también pero Labulet los detiene y no le permite a ninguno entrar, ni siquiera a los guardias. Debería haber discutido por su seguridad pero nadie le decía que no, hacerlo significaba el despedirse de su trabajo, además que el prisionero estaba bien esposado y había un botón de alerta para avisar que había problemas en la parte de atrás, no había razón para empezar una discusión. Así que al final solo quedaron la rosa eterna y asesino de la consejera.