Hacía tiempo que estaba delante de la pantalla del ordenador sin ver nada en realidad. No podía dejar de pensar en Sun y en ese beso... Mi primer beso.
A ver, tampoco es que le hubiera dado mucha importancia al tema, pensaba que me acabaría morreando con cualquier chica del instituto en alguna fiesta y ya está. Pero, de alguna manera, porque había sido con Sun, se había convertido en algo importante.
Inconscientemente, me llevé los dedos a los labios, intentando rememorar su tacto y sentí cómo se me erizaba el pelo de la nuca. Seguía sin entender cómo había pasado todo esto. Jamás había visto a Sun de esa manera. Era mi mejor amiga. Mi única amiga, en realidad. Era como si me hubieran recableado el cerebro y le hubieran dado a un interruptor que hubiera activado algo en mí sin mi permiso.
Porque ahora cuando pensaba en Sun, ya no veía esa niñita llorando a pleno pulmón enfrente de mi casa, veía a una chica alucinante, con una voz capaz de hacer que se te olvidara lo mierda que era tu vida y unos ojos verdes increíbles capaces de hipnotizar hasta al más duro de mollera.
— Cariño.
A pesar del tono suave de la voz de mi madre, me sobresalté tanto que pegué un saltito en la silla.
— Joder, mamá... —musité con la mano en el corazón, en un intento de impedirle que se me saliera por la boca.
Mi madre se limitó a mirarme con una sonrisa de lado, apoyada en el marco de la puerta.
— Perdona, hijo, no quería interrumpir tu... proceso —añadió con una risita.
— JA, JA, muy graciosa, ¿querías algo o solo te diviertes espiando a tu único hijo?
— Menos humos, señorito, ¿has hecho los deberes o estás demasiado ocupado soñan-... oye, ¿cuándo te has comprado eso? —exclamó cayendo por primera vez en el micrófono que tenía instalado en mi escritorio.
— Ah, hace unas semanas.
— Parece caro —dijo entrando en mi cuarto para admirarlo de cerca— ¿Cómo lo has conseguido? —preguntó mirándome con suspicacia— ¿Te has convertido por fin en el delincuente juvenil que vaticinaban todos tus profesores de infantil y me has robado la tarjeta del bolso? —preguntó tirándome de la oreja.
— ¡Ay, mamá, suelta! —le rogué en vano— No te he robado nada, vendí mi Switch, ¿vale? —mascullé provocando que mi madre me soltara de golpe con cara de haber visto un fantasma.
— ¿Has vendido tu Switch? —preguntó con los ojos muy abiertos.
— Sí, sí, necesitábamos algo decente para grabar y ya no juego nunca de todas formas —expliqué frotándome la oreja para atenuar el dolor.
— Vaya... Sí que estás interesado en esto, ¿eh?
Yo me limité a encogerme de hombros.
— Bueno, la próxima vez que necesites algo, pídemelo y, si no es muy caro, puedo comprártelo. Ya sabes que mi salario no es gran cosa, pero seguro que da para comprarte unas chucherías de esas.
Esbocé una breve sonrisa.
— Gracias, mamá.
— De nada, hijo —dijo espachurrando mis mofletes entre su pulgar y su índice y yo giré la cabeza para liberarme entre sus risas—. Por cierto —dijo antes de salir por la puerta—, eso me recuerda que vuestro guitarrista está abajo.
— ¿Nuestro guitarrista?
— Sí, ¿cómo era? Namjoon, ¿no?
Mi sonrisa se esfumó de golpe. ¿Qué hacía ese en mi casa?
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D I S B A N D M E N T
Fanfic[TERMINADA] Sun y Yoongi solo buscaban un letrista que les ayudase a ganar el concurso de bandas para menores de 18 y creyeron encontrar el candidato perfecto en Namjoon, pero cuando empiezan a surgir sentimientos entre ellos, llegan también los pro...