Las calles estaban oscuras, su casa estaba lejos de la mía, me dije a mí misma que no importaba, que no debía llorar. No me quedaba dinero para tomar un colectivo a casa, estaba mareada por el líquido, estaba ebria. La vista se me nublaba, las gotas caían sobre mi cabello, empapaban mi chaqueta, ¿Dónde está mi mochila? No lo podía recordar, me maldije en voz alta. Mis ojos se sintieron pesados, pero aún podía distinguir el camino.
No, no puedes.
Veía las luces de los autos pasar a mi lado, pero no los escuchaba, sólo podía oír el eco de mi respiración. No recordaba aquella calle, estaba perdida. Encontré en mi chaqueta, mi móvil. Las gotas de lluvia caían sobre él mientras buscaba nuestra canción, conecté los audífonos y dejé que la música fluya, que llene cada uno de mis nublados sentidos.
Y seguí caminando bajo la lluvia, me repetí que no valía la pena seguir llorando, pero aún así lo hacía, me dolía pensar en él.
«I know your motives and you know mine...
The ones that love me, I tend to leave behind»
Cerré los ojos, la lluvia caía más y más fuerte, pero ya no sentía nada. Recordaba sus abrazos, su olor, sus mentiras...
—¿A caso tú no mientes? —susurró la culpa.
—No de esa forma, no le rompí el corazón a nadie...
—Tu madre confió en ti.
Mamá... le mentí a mi mamá, ¿ella sabrá que estoy aquí?
La necesito...
Quité las lágrimas de mi cara, no sentía mis piernas, sólo seguía caminando, entonces todo pasó tan rápido...
La música seguía sonando en mis oídos, pero ya no podía ver más, no podía sentir más. Mi cuerpo se hizo más pesado y me desoriento, las palabras hacen eco en mi mente.
«Love me, love me, love me»
No puedo distinguir qué es real, los recuerdos me azotan, son una daga justo al corazón. El cuerpo frío sobre la calle me pertenecía, pero ya no más, soy libre. La lluvia lo ahoga, la sangre se desliza por sus brazos, quiero abrir los ojos, salir de esta pesadilla...
No valoré lo que tenía hasta que lo perdí, y lo perdí todo...
Pero ya no hay vuelta atrás:
Es el fin.
