³ | J u n t o s.

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En la clínica para animales se toparon con una familiar escena en la sala de espera. Mascotas de las más variadas especies se encontraban en espera de su sesión con el veterinario, que en ese momento se encontraba en su consultorio.

Jimin volteó a mirarlo y le sonrío de nuevo.

— Namjoon es el mejor en lo que hace, sabe tratar a todo tipo de animales —le explicó, seguramente alertada por su expresión extrañada al ver a todas las criaturas que esperaban con sus dueños— Cuando éramos niños le encantaba visitar la tienda de mascotas. Siempre se ganaba el cariño de todos los perros, tiene un Samoyedo al que crío desde cachorro. Ese animalito es muy dulce pero también puede convertirse en un desastre.

—Dímelo a mí —el azabache levantó una de las comisuras de sus labios, recordando todos los destrozos que su propio perro había hecho en casa.

—Antes solía envidiar mucho esa facilidad que tenía para relacionarse con cada animal. Yo no puedo —Jimin se mordió el labio inferior y miró hacia la jaulita que descansaba en su regazo—, los perros me ponen un poco nervioso, y otros animales también. No soy muy bueno acercándome a las personas o a ellos... pero con Chimmy es diferente. Es un poco solitario y hermoso —metió su dedo índice entre la rejilla del transportador y Chim extendió su pata hacia él—. Debes pensar que estoy loco —añadió socarronamente.

—Para nada —la aseguró Jungkook, observando con ternura como cuidaba del animal— ¿Cómo fue que diste con él?

—Bueno, un día de invierno salí a sacar la basura y encontré una bolita blanca y peluda acurrucada en un rincón de la portería. Mi Chimy era tan pequeño y se estaba muriendo de frío —relató Jimin con melancolía—. Cuando sus ojos se cruzaron con los míos, supe que tenía que dejarlo pasar. Hace tiempo que vivo solo y no tenía muchos motivos para alegrarme a menudo. Pero él hace que cada día sea especial, tenerlo me alegra muchísimo. Ya sé que suena como una ridiculez.

—No pienso que sea ridículo, los animales pueden hacer maravillas por uno—repuso Jeon— si no tuviera a mi perro, mi vida sería sumamente aburrida.

—Es verdad, ¿cuál es tu historia con Bam?

—Lo adopté en un refugio cuando era cachorro. Siempre había querido tener un perro, me encantan, pero en casa no podíamos tener animales. Papá los detestaba y yo no comprendía porque. Habría sido bueno contar con uno; tengo hermanos, pero con ninguno de ellos poseo una buena relación.

—Lamento escuchar eso.

—No es tu culpa, los hermanos suelen hacer ese tipo de mierda —dijo Jungkook quitándole importancia—. Aunque sí que me di prisa en salir de casa tan pronto como pude pagar un alquiler. Como también vivo solo pensé que sería buena idea tener algo de compañía. Y hasta ahora Bam ha sido excelente. No es tan demandante como una pareja o algo así.

—Pero sí que tiene una manera muy singular de hacer que te encuentres con las personas—agregó su acompañante con una risita— Honestamente, esa vez me pasé el día entero en estado de shock. Estaba muerto de miedo. No me había ocurrido algo tan bizarro desde que el perro de Namjoon intentó lamer mi rostro y me tumbó sobre el suelo en plena reunión familiar. Terminé histérico.

—Vaya.

—Pero me parece muy tierno ver como hablas y cuidas de él —le dijo Jimin con sinceridad—. Suelo tener muchas reservas con los chicos, pero estoy seguro de que uno que sabe tratar tan bien a los animales como tú debe ser estupendo. La experiencia me lo ha enseñado.

Jungkook se sintió como en una nube al oír aquello. Antes de que pudiera pensar en algo que responder, la puerta del consultorio volvió a abrirse. Era su turno de entrar.

Encuentros × 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗺𝗶𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora