⁴| F i n a l

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Atareado por llegar al trabajo, Jungkook terminó de abotonarse su camisa y revisó su tableta para verificar que la presentación para aquella mañana estuviera en orden. Luego rebuscó en su armario y emitió un gruñido al sacar una corbata hecha trizas.

—Agh, maldición —masculló enfadado—¡Jimin!

El pelinegro salió del dormitorio y recorrió el pasillo hasta llegar a la puerta cerrada del baño, con la prenda desgarrada en alto.

—¡Jimin! ¡Tu perro lo ha vuelto a hacer! ¡Ese monstruo me destrozó otra corbata!

—¿Qué? — la voz amortiguada del muchacho habló desde adentro.

—¡Mi corbata está hecha trizas!

—Estoy algo ocupado aquí dentro.

—¡Y yo estaba ocupado eligiendo una corbata decente! Esta mañana tengo junta, joder.

—Jungkook, en serio estoy en medio de algo muy importante.

—¡Estoy harto de que tu perro se meta con mis cosas!

Desde lo alto de una mesita, el cachorro le dirigió una mirada burlona y llena de malignidad, y Jungkook lo fulminó con la mirada. Siempre era lo mismo con ese animal.

— Bueno, yo no armé tanto escándalo cuando Bam hizo una incursión en mi armario, te recuerdo que mordió mi par de zapatos favorito. Además siempre está sacando la tierra de las macetas —repuso el rubio desde el interior, altanero— Todos los días debo limpiar el piso.

—Al menos él no deja pelo por todas partes.

Jungkook resopló y se recargó contra la pared, echándole un vistazo al domerban que tenía la cabeza metida en una enorme maceta de la sala de estar. Hizo una mueca.

Las cosas se les estaban saliendo de control con esos dos, necesitaban mudarse a un sitio más amplio ya.

—En serio Minie , si no haces algo con ese animal va a volverme loco, siempre me mira como si fuera a saltarme encima o algo así. Me pone nervioso.

—Te estás portando como un niñito.

—Ese perro me odia. Lo sé.

—Chimmy no es tan malo, tiene su propia manera de demostrarte que te quiere. Mi cachorrito es muy especial.

—Pues menuda forma de cariño —masculló el mayor— que desastre. ¿Qué se supone que me ponga ahora, eh?

—¿Qué corbata era?

—La que me regaló Yoongi por mi cumpleaños —contestó enfurruñado, haciendo mención del único hermano con quien tenía una relación aceptable— Me gustaba mucho, ¿sabes?

—Oh Kookie, esa corbata era bastante fea—repuso como si nada.

—¡Por supuesto que no! —respondió indignado.

—Sí.

—¡No!

—Lo era, cariño —dijo Jimin con tranquilidad—. Pero no importa, este fin de semana iremos al centro comercial a buscar una nueva. Una que complemente el color de tus ojos.

El aludido volvió a suspirar.

—Jimin , ¿no te has puesto a pensar en que ha llegado el momento de cambiar algo en nuestra relación?

—¿Mmm?

—Quiero decir, llevamos ya un tiempo viviendo juntos y sé que dijiste que no querías apresurar las cosas. Pero creo que estarás de acuerdo en que, de un momento a acá, las cosas han cambiado. Para bien, quiero decir. Quizá... quizá sea tiempo de que empecemos a buscar un lugar más grande.

Encuentros × 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗺𝗶𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora