𝙏𝙖𝙡𝙠 𝙒𝙞𝙩𝙝 𝘼 𝙎𝙩𝙧𝙖𝙣𝙜𝙚𝙧 || KaeBedo

Epílogo: Trigésima Sexta Semana

Sábado a la mañana

(8:34) ¡Bip bip, cariño!

(8:34) ¡Saca tu trasero de aquí!

(8:35) ¡Oye! ¡Quiereme un poco!

(8:35) ¡Deja de tocar la bocina!

(8:36) Es Childe. Desayunó chocolate, así que ahora tiene un subidón de azúcar.

(8:37) ¡Maldita sea, Childe, te lo han dicho!

(8:38) Lo regañé por ti. Esos dos pitidos agresivos fueron su respuesta.

(8:38) Serán dos segundos, solo cálmate.

(8:39) ¡Vamos, Prince! ¡bip bip! ¡Vamos a ser Adultos!

(8:39) No uses la palabra con A.

(8:40) Entonces muévete. ¿Cuántas cosas tienes?

(8:40) Tengo que empacar mi equipaje emocional. Ahora deja de enviar mensajes de texto.

*

Albedo miró alrededor de su habitación vacía con un profundo suspiro.

No se sentía ansioso, no como esperaba estar. Ya tenía una sensación de nostalgia, incluso si todas sus pertenencias estaban justo frente a él en bolsas y cajas, y su madre y su padre estaban en la puerta observándolo. Albedo imaginó que se sentían peor, su único hijo, y con una enfermedad crónica, abandonaba la casa a los dieciocho años.

A veces, Albedo se preguntaba qué clase de locura lo poseía para hacer tal cosa, pero otras veces escuchaba a Kaeya hablar una y otra vez sobre lo que harían en su casa compartida, y Albedo se emocionaba de nuevo.

“Está bien si cambias de opinión”, dijo su madre suavemente. "Sabes que Kaeya y los chicos lo entenderán".

Albedo asintió en silencio, sin dejar de mirar alrededor de su viejo… ¿Ya era viejo? - dormitorio.

Un zumbido salió de su bolsillo.

(8:45) Ponte perdedor, vamos a ir a la universidad.

Él sonrió, a punto de responder cuando llegó otro mensaje.

(8:45) ¿Tus padres te tienen cautivo? Está bien, ya hemos tratado con Adelinde y el Sr. Ragnvindr. Ahora somos expertos en esto.

Albedo respiró hondo, luego recogió las bolsas frente a él y les preguntó a sus padres si podían llevarse las cajas.

No iba a echarse atrás ahora.

*

Kaeya estaba harto de One Direction.

"¿No tienes ningún otro artista en tu teléfono?" le preguntó a Childe, que se veía muy estreñido en el asiento del conductor.

"Tengo Big Time Rush", dijo. "También tengo 'Kaeya puede irse a la mierda con esa cara suya'".

“¿Y qué cara es esa?” preguntó Kaeya inocentemente, todavía revisando el teléfono de Childe en un intento desesperado de conjurar mágicamente algo de música decente, solo tenía música pop.

“La cara que dice que todos a tu alrededor son idiotas y no tienen gusto,” dijo Albedo desde el asiento trasero, rodeado de bolsas y cajas de pertenencias.

Childe hizo contacto visual con él en el espejo retrovisor y le dio un pulgar hacia arriba.

"Diluc y Zhongli estarían de acuerdo conmigo", dijo Kaeya con petulancia. "Les preguntaré más tarde".