Decepcionarme.

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Carta 4:

Jo.

Cuantas veces me haz dicho o he visto en tu inmensas ganas de ser otra persona, de tener lo que otros y entristecerte por lo que te falta.

Cuantas veces ¿no?

Cuantas noches deseando ser ese algo más que todos parecieran que tienen.
Se que entiendes que el compararte con los demás no es grato, que no es sano, pero aún lo haces y es inevitable si revisas tu celular todos los días.

Puedo ver cada día tus ojos llenarse de agua cuando piensas que no eres suficiente; el sentirte insatisfecha.

Me duele tanto mirarte así. Tan destrozada y sin esa luz que tenías antes.

¿Donde te fuiste?

¿Por qué te dejaste llevar tanto si sabías lo que pasaría? Sabías que te iba a costar remontar, que te sentirías una mierda, y sin embargo seguiste enterrandote sin mirar hacia arriba. Convenciéndote de eso mismo cuando te advertí que no saldría bien. 

Ahora te veo tan infeliz, tan miserable; no fuiste como me prometiste hace un año atrás.

Con esto no solo te lastimaste a ti; sino también a mi, a mi orgullo, al trabajo duro que nos costó tanto conseguir.

Lo lamento.

Esto fue mi culpa también, no debí dejarte sola, no debí confiarte a ti todo el trabajo, ni mucho menos darte más tiempo, me equivoqué contigo, sin mi no eres tan fuerte y ambas sabemos la verdad de todo esto.

No pienso dejarte más sola y ni tampoco dejar que derrames una lagrimas mas. Lo lamento tanto por mi; aveces te odio Jo.

Alicia.

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