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podría explicar cientos de cosas, pero no les puedo explicar como es que yuna, riki y yo terminamos en la casa de él, mirando una película de marvel luego de terminar el proyecto de biología. no entendía por qué aquel chico se sacaba tan bajas notas, trabajó excelente con nosotras y pudimos terminar la tarea en menos de una hora. fue tan extraño estar tan cerca de él, como si en realidad nunca nos hubiéramos llevado mal, como si nunca me hubiera mirado con el desprecio que lo hacía. pasaron unas horas, que fueron muy cortas a mi parecer, y yuna se tuvo que ir porque sus padres la esperaban para cenar en un restaurante. ahí fue cuando sentí el verdadero temor... cuando me quedé sola con riki.

y cuando digo que nos quedamos solos, realmente lo estábamos, porque sus padres trabajan de noche.

─ quédate a cenar, luego te llevo a tu casa ¿si? ─ lo miré con extrañeza, todavía me costaba procesar el hecho de que no me odiaba. aún así, luego de unos pocos segundos asentí como respuesta y me levanté del sillón de la sala. me acerqué a una de las ventanas y mi atención fue captada por un jardín trasero lleno de flores.

─ que hermoso... ─ susurré ensimismada por la belleza de aquella naturaleza decorada con luces, nunca había visto un jardín tan bien adornado.

─ ¿en serio te gusta? ─ lo observé en cuanto llegó a mi lado y noté una muy minúscula sonrisa en él mientras miraba por la ventana. ─ mis padres dicen que pierdo el tiempo con esto.

─ entonces lo hiciste tú? ─ "si" salió de sus labios, eso solo me hizo pensar en cuánto esfuerzo habrá puesto en aquello, cuántas horas y días le habrá tomado terminarlo. ─ me impresionas, riki.

yo seguía mirando por la ventana, mientras más prestaba atención al lugar, más asombrada quedaba, pero lo que realmente me tomó por sorpresa fue el dedo meñique de riki rozando el mío, como queriendo tomar mi mano. no supe bien como reaccionar, pero no estaba teniendo una crisis nerviosa esta vez, por el contrario, me sentía en paz. mis pulsaciones eran lentas y mi respiración estaba calma.

pero me asusté con los bocinazos de mi mamá esperándome afuera con su auto, cosa que me hizo recordar que ella vendría a buscarme, riki solo estaba estallado en risas. lo empujé suavemente y luego terminé contagiada de sus carcajadas. no sé en qué momento fue pero se me dio por mirar una última vez aquél jardín tan bonito y vi unas pequeñas flores blancas, que por alguna razón se me hacían bastante conocidas.

flowers  .  nishimura rikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora