flowers . nishimura riki

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claramente riki me odia.
¿por qué siempre tiene que estar mirándome con tanto desprecio?

actúa como si yo hubiese arruinado su vida de alguna manera, siendo que jamás he cruzado palabra con él. ¿qué le cuesta dirigirme la palabra siquiera para explicarme el por qué de sus actitudes hacia mí?

hoy tengo que saberlo. no volveré a mi casa sin saber la razón, hoy no.

todos estos pensamientos pasan por mi cabeza cada día de la semana que despierto en la mañana y sé que tengo que verle la cara 6 horas de forma obligatoria, ojalá pudiera olvidarme de eso.. cambiarme de escuela o incluso hacerlo desaparecer, pero no puedo. riki es parte de nuestro grupo de amigos y no soportaría que todo termine recayendo en una pelea donde la cuestión sea "él o yo". nunca podría hacerle eso a ellos.

─ nishimura, para dormir quédese en su hogar.─ volví a la realidad cuando escuché a la señorita choi regañar a riki, estos días se lo veía muy demacrado. las ojeras que viene cargando incluso se le ven bien, pero no viene al caso. llegué a ver como maldecía entre dientes por haberse dormido de nuevo en medio de una clase, ya le pasó en la anterior a esta.

─ ¿has hablado con riki? ─ le dije en un susurro a mi compañera de asiento y mejor amiga, yuna. vi que negó con su cabeza y solté un pequeño suspiro de frustración. ─ ¿por qué aún no lo has hecho? hace dos semanas vengo pidiéndote que lo hagas...

─ porque yo no tengo que hacerlo. ─ respondió simple la de cabello negro y me dieron ganas de tirarle mi lápiz en la boca. ─ sabes cuál es mi opinión sobre este tema.. y no lo vas a resolver haciendo que yo hable con él mientras tú te quedas viendome hacer algo que tú misma deberías. ─ ¿cómo podía decirme eso? ¿cómo podía─

─ junko. ─ se me subió el corazón hasta la garganta cuando escuché una voz grave, que se me hacía conocida pero no sabía de dónde.

¿será... él?

─ han junko.

me giré sobre mi lugar al no reconocer la voz que me llamaba, para encontrarme con nishimura riki. mirándome.

─ ¿qué es lo que quieres...?

él se había quedado con las palabras en la punta de su lengua. que raro.

oh si, quizás es porque de los nervios terminé vomitando.

en sus zapatos.