Escritos sin fortuna

Una carta más

-- Después de mucho tiempo me vi rodeada de muchos elogios y de cada gozo para mi, no sabía si pensar tratar a los demás como iguales o menos a mi -- decía mientras se paseaba por la biblioteca tomando un libro y otro, pero a la vez dejándolos a donde pertenecen, todo le parecía muy diferente desde la ida de su amado. 

Tras unos minutos alguien toca el  timbre y sale la criada a ver quien era, para mayor sorpresa su tío Jonathan había llegado con su esposa a visitarla, era un señor bastante presentable, saludando de forma muy cordial a la criada, pregunta por su sobrina, quien continuaba pensando ante toda sociedad. 

-- ¡Tío!, que gusto y que gratitud me da el verte.

-- Adorada sobrina, nos dimos cuenta de tu terrible situación, podríamos serte de ayuda en casa, claro si estas de acuerdo, tampoco queremos importunar. 

Ambos se sentaron frente a la chimenea y su esposa subió las maletas a una de las habitaciones -- nos hemos enterado de la perdida de tu comprometido y el despojamiento que te hizo, ¿Estás bien hija? -- preguntaba en tono serio mirando la cara de orgullo y serenidad de Anne -- No te preocupes tío, todo se solucionó, no fue tanto dinero,  menos de un octavo de mi herencia, esperaría que así todo quede solucionado, no creas tampoco que soy aquella quinceañera que decidió retar a su padre en el funeral de la madre, ahora hablando de él ¿sabes si regresó a Norwich? 

El tío sin decir una palabra comienza a hablar acerca de la mansión de su sobrina y a ver todo a su alrededor, Anne lo mira -- tío, si las cosas serán así, iré a mi biblioteca, y tú visualiza todo lo que quieras, puedes ir al jardín, sé que te gustará, permiso -- Anne, molesta por que su tío no había respondido su pregunta, decide entrar de nuevo a su biblioteca; su tía baja y pregunta por ella, -- acaba de entrar a la biblioteca, quería saber si su padre había regresado a Norwich, pero tú sabes que no podía responder a tal pregunta -- dijo su tío en un tono suave tomando la mano de su esposa -- ¡oh, querido! tienes que decirle, no podrás ocultar más la verdad -- decía su esposa en un tono un poco preocupante -- déjame hablar con ella y por favor no nos interrumpas --.  

La tía entra y mira a su sobrina con pluma en la mano y muy pensativa viendo a la ventana -- querida, lamento importunar tu espacio privado, necesito hablar contigo -- su tía la miraba de forma tímida -- tía -- fueron las palabras de Anne mirándola en una ida y vuelta con su mirada; su tía no se esperaba a una mujer tan orgullosa y egocéntrica como era su sobrina. 

Pasaron unos minutos, su tía decide rodear la biblioteca que era grande y espectacular, de pronto Anne cambia su postura y se sienta frente a su tía, dejando su pluma y tomando papel y un sobre -- tengo entendido que se caso con mi tío por su dinero ¿verdad? -- decía mientras aun pensaba si escribía frente a su tía -- pero, ¿Qué es lo que dices Anne? como tienes el descaro de de decir tan imperdonable comentario hacía mi -- reprochaba su tía muy enojada -- tengo entendido que usted pertenecía a la servidumbre de una de las mansiones de la casa de mi padre acá en Londres, así que cuando mi tío visitó a mi padre, usted se arrastró ante él -- decía Anne en forma muy perpleja y maliciosa -- no tiene que responder tía, ya sé la verdad -- Anne se levanta y tira una carta a la mesa para que su tía pueda leerla, la cual decía: 

Marzo, 1872 

<< Querida hija Anne. 

Eres una señorita que siempre ha embargado tal orgullo como su padre te lo ha impuesto, no sé cuando sea tiempo que leas tal carta, pero mi amor, deseo con el corazón que seas una persona amable, que veas a los demás como tus iguales, a pesar de la fortuna que tu padre pueda dejarte; he visto tu prepotencia ante los demás y eso solo va a la tierna edad de siete años, no quiero pensar que monstruo tan cruel tu padre vaya a crear, espero que antes de cualquier situación desagradable en tu vida, puedas leer esta carta.