Capítulo 1

14 0 0
                                    

Mis padres tienen esquizofrenia. Se pasan todo el día chillando y yendo de un lado a otro por casa. Yo simplemente me quedo en mi habitación, solo salgo para ir al instituto y por las noches voy de fiesta y volvía tarde. En eso se basa mi vida.

- ¡Keren! - Escuché gritar a mi madre.

Me levanté de malas maneras de mi escritorio y bajé las escaleras.
Entré en la cocina y le di una mirada de cansancio. Giré mi cabeza y me encontré a dos oficiales de policía. Me acerqué lentamente a la mesa con cautela. Me senté y recibí una mirada tranquilizadora de parte de los dos agentes.

-Keren, hemos recibido llamadas de vecinos diciendo que en esta casa se escuchan muchísimos gritos y golpes. Tras haber hecho entrevistas a tus padres, le tengo que decir que tiene que venir con nosotros.

Les miré patidifusa sin saber como reaccionar. Estaba contenta, me iría de casa. Pararía de recibir gritos e incluso golpes. Pero, ¿a dónde iría? No supe que decir ante esa revelación.
-¡No se van a llevar a mi hija! - Chilló mi madre. Uno de los oficiales le tocó el hombro tratando de calmarla.

-Vale... - Murmuré sin tenerlo claro.

-Te resolveré todas las dudas. Serás adoptada por una casa de acogida. Tendrás todos los recursos necesarios e irás a otro instituto. Irás a vivir a Londres. - El policía me sonrió cariñosamente tratando de calmarme.

-¿Cuándo me voy?

-Mañana.

Entreabrí los labios en shock. ¿Mañana? ¿Cómo voy a poder recoger todo para mañana? ¿A Londres?
Mamá se puso histérica y se levantó para coger un cubierto y amenazó a los agentes. Uno de ellos la cogió y acabó poniéndole las esposas. La llevó por el pasillo para llevarla al coche, mientras mi madre gritaba sin parar.

-Vamos, te ayudaré a recoger todo. - Me dijo el agente. - Me llamo Zane.

-Encantada Zane. Creo que no me voy a acostumbrar tan fácilmente a esto. - Le dije mirando al suelo.

- No te preocupes. Estaré ahí. Me toca encargarme de ti. - Le miré sin entender. - O sea, que me mudaré a Londres también e intentaré que todo te vaya bien. Si tienes algún problema tendrás que llamarme. Puedes confiar en mí. - Le miré, me había quedado sin palabras.

-¿Dejarán a mi madre y a mi padre en estas condiciones? - Le pregunté.

-No, ellos irán a un psiquiátrico. Como sabes, necesitan ayuda. No te preocupes, cuando quieras, podrás hablar con ellos.

Miré hacia abajo mientras seguía a Zane por las escaleras.
Entramos en mi habitación y comencé a ordenar todo para llevármelo. Realmente Zane me fue de mucha ayuda. Me ayudó en todo lo que pudo y en ese día habíamos terminado de recoger casi toda mi habitación, mañana solo tendría que recoger simples cosas y meter todo en la furgoneta.

Zane y yo nos sentamos uno al lado del otro en mi cama. Le miré y él imitó mi acción.

-Confío en ti, sé que vas a poder tener una vida mejor. - Me dijo. Yo salté a sus brazos para darle un abrazo. Nadie me había dicho que confiaba en mí. Solo mis mejores amigos. Él me dio un abrazo reconfortante que agradecí mucho.

-Gracias. - Dije entre lágrimas.

Aproveché ese momento para verle bien. Era joven, tenía los ojos verdes y el pelo negro. Una mandíbula marcada y brazos fuertes. Y desde luego, era un hombre súper simpático.

-Nos sobra tiempo, ¿quieres ir a despedirte de tus amigos? - Me calmó.

Asentí y nos dirigimos a su coche. Era de policía, por lo cual me hizo gracia. Sabía que Zian iba a ponerse histérica diciendo que me habían arrestado y que venía a despedirme de ella. Me dio pena, volvería a verla muy poco.

London DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora