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El mundo sobrenatural estaba en pocas palabras en peligro y una situación critica, una guerra estaba aproximándose. Muchas mitologías estaban uniéndose para luchar contra el enemigo que en su afán de crear caos y muerte declaró la guerra.

Ahora cada facción estaba preparándose para una reunión con las mitologías más poderosas para llegar a un acuerdo. Todo siendo cada vez más difícil.

Y todo esto solo causado por una persona... Rizevim Livan Lucifer, hijo del Lucifer original y de Lilith la madre de los demonios.

El Livan estaba dirigiendo un ejército terrorista que antes fue liderado por Ophis el dragon del infinito también siendo un dios dragón. Pero fue traicionada y luego la Organización paso a manos de rizevim que les cambio el nombre a Qlippoth.

El hijo de Lucifer ya había revivido a los dragones malignos. Hasta hora cada movimiento que habia hecho fue extremadamente cuidadoso debido a que la liberación de trihexa estaba cerca pero aún así con los dragones revividos no le daba la sensación de que llegaría al final y para eso necesitaba ayuda la de alguien poderoso y experto con suficiente experiencia para esto.

El Livan paro de caminar estaba pasando y salió de sus pensamientos, se giro para ver a su mano derecha Euclid Luchifuge que estaba a su lado.

Vistiendo un traje elegante azul con una camisa blanca dentro zapatos marrones, junto a su cabello plateado atado en una trenza francésa. Poseía rasgos afilados junto a unos ojos pletaeados rojizos.

"¿Pasa algo Rizevim-sama?" pregunto el Lucifuge al ver como su líder paro de caminar.

"Euclid ve por los dragones malignos diles que los espero en sala principal de donde esta el santo Grial que no falte ninguno" ordenó el Lucifer mientras que Ecluid asintió a las órdenes de su amo aunque no sabía que estaba planeando ahora.

Rizevim sonrió si todo salía bien tendria un gran aliado y subordinado, al final él conseguiría sus objetivos y le desmostraria a todos porque el era un "verdadero demonio".

Al final de todo el saldría vencedor.

Varios minutos después

Los dragones malignos estaban reunidos aunque no sabían que quería ahora el loco de rizevim, ese hombre era engañoso cuando quería y astuto cuando se necesita.

Todos estaban en sus formas físicas, cada uno con expresión sería ya que si rizevim los llamó fue por algo.

Rizevim apareció abriendo la puerta abruptamente mientras veía a sus compañeros de lucha con una sonrisa en su rostro.

Notaron como el Livan tenía en su mano la Copa de Sephiroth graal y tenía una sonrisa.

"¿Por qué nos llamaste rizevim? ",pregunto Crom Cruach el dragón maligno más fuerte recostado en una pared con sus ojos cerrados.

Euclid miro al dragón con un leve ceño fruncido por faltar el respeto a su amo.

Los demás estaban igual curiosos por el llamado del demonio.

El luciferino miro todos con calmado pero sin perder su sonrisa.

"Los llame por una simple razón amigos dragones veran me di cuenta de que a pesar de que tenemos muchas cartas a nuestro favor para ganar necesitamos ayuda", explicó su tono era uno desprecupado mientras caminaba hacia la mesa central con el Grial en su mano. Ante la atenta mirada de los dragones que lo veian curiosos por lo que decia.

"¿Acaso no somos suficientes para ganar?" hablo con un gruñido Grendel que miraba fijamente a rizevim con un brillo peligroso en sus ojos.

El Lucifer solo camino hasta estar ya en la mesa y colocar en Grial en el centro.

El Humano CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora