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La máscara de calavera le dificultaba recuperar el aliento, teniendo que detenerse cada ciertos pasos para descansar y emprender con aún más rapidez la marcha. A través de la adrenalina que el ser perseguido le ocasionaba, Axo se preguntó en qué momento le pareció una buena idea inmiscuirse dentro del pueblo tres para hacerse pasar por un enemigo de identidad desconocida, lanzando amenazas a diestra y siniestra, secundado por los otros gilipollas del grupo.

No negaría que en un comienzo fue divertido, sobre todo porque tenían un plan relativamente perfecto en caso de que las cosas se torcieran. Y, vaya... por supuesto que se torcieron! terminando él en un callejón sin salida, viéndose en la penosa obligación de correr como si no hubiera un mañana.

Sus ojos viajaban de un lado a otro, buscando un sitio en el que pudiera escabullirse y que no le expusiera ante los demás. No supo con exactitud por cuánto tiempo estuvo huyendo de los iracundos habitantes del pueblo tres, oyendo las voces de Zorman junto con otras igual de alteradas y con ansias de cazar a uno de los calaveras de Sinaloa.

Axozer sintió su corazón latir a mil al dar con el lugar más o menos adecuado para permanecer a escondidas por un rato, quitándose la máscara brevemente para coger el aliento claramente perdido en lo que llevaba de trayecto. Posteriormente echó un vistazo alrededor, sin reconocer muy bien en dónde había acabado metido; parecía una especie de oficina aún sin terminar, seguramente siendo el lugar de reuniones de la alcaldesa, o algo así.

Las voces volvieron a oírse, seguidas de varias pisadas que iban irremediablemente en su dirección. Procuró asirse bien a las vigas del techo que de momento le servían para pasar inadvertido, agradeciendo haber practicado recurrentemente parkour para solventar situaciones como éstas.

«Aún es pronto para cantar victoria» se recordó con parsimonia, esperando pacientemente a que el bullicio fuera perdiendo cada vez más intensidad, cerciorándose de ese modo que estaba nuevamente a solas. Con cuidado abandonó las vigas, cayendo al suelo sin demasiada exageración; volvió a colocarse la máscara, abriendo la puerta con tiento y asomándose por unos segundos para ver si no habían ya moros por la costa.

Sin embargo, cómo iba a adivinar que esos míseros segundos le costarían todo el esfuerzo empleado hasta ahora?

Un golpe en la nuca le hizo soltar la madera sintética, terminando tumbado en el suelo y sintiendo cómo perdía vívidamente la conciencia. El paisaje enfrente de sus ojos se difuminó hasta convertirse en un borrón desalentador.

─Espero que hayas disfrutado del paseo, gilipollas.






[...]






Karchez se encontraba a un lado de la aduana, presenciando el peor embrollo de su vida. Los insultos pronto pasaron a algo desordenado, deliberado, convirtiéndose en algo sin pies ni cabeza. Lo único que lo mantenía allí era el hecho de saber que Axo también estaba metido, y de una forma que simplemente le costaba creer.

─Mi bebé solo estaba jugando!─el grito de Auron resonó en las paredes, haciendo que más de uno se llevara las manos a los oídos. Si algo había dejado claro durante los veinte minutos que llevaba ahí apostado, era que no se iría sin Axozer, recalcándolo con su alterado comportamiento─. A veces le gusta jugar y hacer bromitas de este tipo, qué hay de malo en eso?

─Hay que ser bastante imbécil como para venir a bromear precisamente con nuestro enemigo "en común"─Genesis no le daba ni una pizca de crédito a sus argumentos, puesto que a sus oídos rayaban lo cínico y todo apuntaba a una artimaña pésimamente elaborada─. No te parece una curiosa casualidad que tu hijo viniera de la nada a alardear sobre que es uno de ellos? cómo podemos tener ahora la certeza de que no forme parte de esos desconocidos que sólo buscan propagar el caos?

Estridente | Karchez x AxozerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora