4

2.7K 297 190
                                        

Auron había hecho alusión a "la charla" en algún momento, mas no imaginó que le sentaría un tanto... incómodo.

Nunca se visualizó con un hijo a futuro, y ahora que tenía uno en calidad de "adoptado", sentía la responsabilidad de guiarle e iluminarle en ese camino, de modo que no la cagara cuando decidiera establecerse con alguien, independientemente de si era con una chica o chico.

Focus le había dicho que aún era demasiado pronto, que Axozer continuaba estando chiquito para hablar de esas cosas en plan serio, y que profundizara en esos temas cuando estuviera en la edad para ello. Sin embargo, Auron no era precisamente convencional, y prefería adelantarse para no lamentarse después.

Y, tal como había acordado en su última visita al safari, se reunió con Fargan en las puertas de su humilde morada. Estar acompañado de alguien que también tuviera cultura en ese ámbito le hacía tener confianza y mucha más soltura en cuanto tuviese que abrir la boca.

─Entonces, hipotéticamente hablando... ─el híbrido a su costado tomó la palabra, llevándose ambas manos detrás de la nuca─ le vas a advertir sobre cosas que posiblemente ya haya aprendido por ahí, y gracias a los demás?

Auron volteó a verle con el ceño fruncido, una clara desaprobación marcándose en sus facciones. Por supuesto, bien sabía que algunos habitantes de su pueblo y del de los otros le habían lanzado comentarios a su "hijo" acerca del tema -y en más de una ocasión-, mas no habían tenido la seriedad suficiente como para dejárselo grabado en la cabeza.

Es más, ni siquiera ponía en tela de juicio que Axo se los hubiera tomado a cachondeo como el coqueto que era también. Prefería seguir las jugarretas en lugar de tomarle el verdadero peso que tenía.

─Hay cosas que es mejor tratar a profundidad y sin dejar ningún cabo suelto─objetó con un aire filosófico, uno que no convencía por completo a su amigo─, para así evitar situaciones de las que eventualmente podríamos lamentarnos.

Fargan notaba ese aprecio nunca antes visto de Auron por un adolescente, por su hijo, ya que en otra vida que compartieron no era demasiado apegado a los niños, de hecho los trataba como si tuvieran la peste o algo. Aparte, se percataba del esfuerzo que hacía con el niño prodigio, meditando de más lo que le diría y haciendo gestos involuntarios que delataban los nervios por la conversación que tendrían.

Y si estaba exagerando? ya que conociéndole...

─Buenas!─la voz animada y enérgica de Axozer les sacó a ambos de sus propios pensamientos, mirándole casi al unísono. Incluso la atmósfera pareció sufrir un cambio ante su llegada─. De qué asunto tan urgente querías hablarme?

El de la flama sabía que la interrogante iba dirigida únicamente a él, sin importar que el chico estuviese alternando la vista entre los dos. Intentó actuar lo más casual posible, invitándole a pasar y siendo Fargan el que cerrara la puerta luego de ser el último en entrar.

Una inusual remodelación se había hecho en la sala principal de la casa, constando de un living claramente improvisado. Los colores no encajaban y no ofrecía mucha comodidad a simple vista. Sin embargo, Axo lo ignoró por completo, tomando asiento justamente en el sofá individual.

Auron y Fargan se ubicaron en el sillón para dos, uno adquiriendo una postura mucho más relajada en uno de los extremos, mientras que el primero colocó una pierna sobre la otra como un mero gesto de contención. Carraspeó antes de motivarse a hablar, viendo que el chico bicolor no hacía más que mirar distraído su entorno.

─Para aclarar, no pretendo inmiscuirme en tu vida sentimental ni mucho menos, así que no te hagas ideas equivocadas─empezó con cierta formalidad, como si fuese un psicólogo intentando ganarse disimuladamente la confianza de su paciente─. Así que... podríamos comenzar por hablar de tus amistades, y a lo que éstas te pueden llevar, dependiendo de cómo se desarrollen.

Estridente | Karchez x AxozerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora