Adopta un futuro Héroe

¿Sabes que es un bastardo?

El menor de los Bakugo se encontraba metiéndose comida a la boca y tragándola como si su vida dependiera de ello, el sabia del daño que se causaba comiendo de esa forma, pero un poco de humillación a la vieja valia la pena, aparte entre mas rápido acabara con esta mierda, mas rápido se alejaría del inútil y el resto de la gente en la mesa, el solo quería una ducha fria y descansar un poco, para aprovechar lo que quedaba de su ultimo día de vacaciones, a partir de mañana comenzaría su camino hacia la cima, solo tres años para depuse salir de la afamada UA y después. . . simplemente arrasaría con el top.

—¿Entonces a que preparatoria iras, Izuku?— en un intento de deshacer la incomoda situación en la que los había metido su hijo, Mitsuki hizo la pregunta a su royo de canela, lo que no sabia era que esa pregunta convertiría la mesa en el próximo intento de terrorismo de su hijo.

Izuku perdió el apetito debido a la grotesca forma de comer, si se le podía llamar así, de su viejo "amigo" y a pesar de que no quería contestar en este momento debido a la situación, sabia que no podría ocultarlo mas tiempo —Bueno en realidad entre a UA— un gran silencio se formo en la mesa, de nuevo, todos miraron a Izuku con expresiones diferentes.

Los adultos estaban desconcertados y con algo de miedo por la reacción que pudiera tener el rubio, quien por primera vez desde que se sentó en la mesa tuvo una expresión de sorpresa que rápidamente cambio a una de desagrado total, pero que Izuku ignoro olímpicamente.

Ochako por su parte estaba alegre de tener a alguien agradable para estar en la escuela, pues desde que el rubio comenzó a comer y pequeños rastros de su comida llegaron a su rostro y cabello, ella solo había bajado la mirada y estaba jugando con su plato, hasta que el pecoso pronunció tan maravillosas palabras pero también sintió un pequeño escalofrío por el ambiente en la habitación y al ver los rostros de los demás y en especial el del rubio que parecía querer explotar y por primera vez en la tarde lo vio masticar, aunque con demasiada furia para su gusto, seguro sus dientes no durarían mucho si sigue así —Ooooh y ¿Cómo hiciste el examen desde los estados unidos?— la castaña se atrevió a preguntar lo que todos querían saber, e incluso el rubio espero su turno para tomar la palabra, para poder escuchar la respuesta.

El pecoso le sonrió a la pequeña mochi y cruzo la mesa con su brazo para alcanzar su rostro y retirar algunos restos de comida de sus mejillas con una servilleta, provocándole un sonrojo que cubrió toda su cara y podía sentir sus orejas a punto de sacar humo, Mitsuki no vio esta interacción con buenos ojos, pero se imagino que era cosa de "hermanos" a la que el peliverde ahora estaba acostumbrado —En realidad es bastante sencillo, solo tienes que mandar un correo a una institución que este afiliada a la UA, enviar tus papeles y ellos hacen todo el registro por ti, tu solo tienes que presentar el examen escrito el día que se te indique—

—¿Cómo hiciste el examen practico?— para sorpresa de todos y cosa que nadie pudo disimular, el rubio fue quien lanzo la siguiente pregunta.

—Para entrar a estudios generales no te exigen el examen practico, solo tienes que pasar el de conocimientos— El corazón de Inko no soportaría una sorpresa mas y Mitsuki lo sabia por lo que decidió dar fin a la conversación de la mejor manera que se le ocurrió.

—Muy bien, ¿Quién quiere postre?— Mitsuki se levanto y llevo a la peliverde mayor y a su esposo consigo para que trajeran los trastes sucios de la mesa, era hora de que los jóvenes tuvieran un momento a solas y ver si su relación había mejorado.

Una vez que los adultos se retiraron, el ambiente se tenso debido al duelo de miradas que sostenían el rubio y el peliverde, pero para sorpresa de la castaña el rubio se dirigió hacia ella.

—¿Sabes que es un bastardo?— Ochako frunció el ceño ante tales palabras tan desagradables —Tal vez deberías preguntárselo al que tienes enfrente, que mejor que un ejemplo para aprender algo nuevo— La cara de desagrado de la castaña no se hizo esperar, mientras los hombres aun mantenían la mirada uno sobre el otro.