Hasta la última gota de sangre

El Conejo blanco

6 de octubre,2009, Finlandia
Frio...
Movimiento...
Aun lo recuerdo como si fuera ayer, mis padres y yo nos encontrábamos en ese gran auto de vidrios oscuros, ellos hablando sobre el frio, como si fuera un día normal.
Le decía a mi padre lo emocionante que sería hacer un muñeco en la nieve, aunque por dentro estaba aterrada, mis manos temblaban, sabía perfectamente a dónde íbamos.
Íbamos a mi prueba.

Mi primera prueba, en la que solo tenía 2 opciones matar o morir.
Apenas tenía 7 años y aun así estaba perfectamente consciente de lo que tenía que hacer, mi padre me pondría una prueba y si no la pasaba me mataría.
Sería una lenta y dolorosa muerte.
Sé que para muchos de ustedes suene una metáfora pero es enserio, de hecho tenía una hermana su nombre era Lina, aun puedo escuchar sus gritos por los golpes de papá cuando ella se negó a matar a su perrito, aun puedo ver las manchas de sangre en las paredes, el charco rojo en el suelo, el penetrante olor en el cuarto, el olor a muerte...
Ella solo tenía 12 años y ese fue el ultimo día que la vi con vida, papá solo me dijo que quien no luchaba en la vida no merecía tenerla.

Después de un rato el auto se detuvo, por un segundo creí que vomitaría, mi madre sin decir una sola palabra me puso mi abrigo y beso mi frente, después de eso solo abrió la puerta, al bajar ella la cerró y solo se fueron.
Me dejaron en la nada, en el frio, podía sentir la nieve crujir bajo mis pies.
Al ver a mi alrededor no lograba entender, solo había nieve, hasta que note algo, una jaula, una pequeña jaula, corrí en su dirección, al llegar lo entendí, entendí porque mi abrigo era blanco, porque estábamos en la nieve.
Querían que perdiera la "pureza" de mi alma, ya que en palabras de mi padre eso nos hacia débiles.
En la jaula había un pequeño conejo blanco temblando de frio - abrí la jaula - debajo del él había una daga color plata, tome el pequeño ser, podía sentir su débil calor y eso me aterraba, era un ser vivo, un ser con el que yo acabaría.
Apenas si se movía por el frio - lo puse en la nieve, tome la daga, sabia lo q tenía que hacer pero no quería hacerlo, aun así esto no era una pregunta era su vida o la mía y no importa cuánto amor le tenga a los conejos, tengo algo mucho más fuerte, ganas de vivir.
Busque valor, tome la fría daga y la clave justo en su estomago al instante el pequeño comenzó a retorcerse de dolor por lo cual saque la daga, solo pude ver una cosa...
Sangre.
Sangre caliente y espesa que comenzaba a manchar mi abrigo, pero esto aun no terminaba, de hecho apenas comenzaba, necesitaba algo más...
Su corazón.
Comencé a abrir su cuerpo buscándolo, mis manos estaban cubiertas de sangre y comenzaba a tener nauseas después de unos momentos por fin lo encontré. Solo me quede incanda en el frio de la nieve aunque solo podía sentir una cosa...
Vacio.