El matadero P2

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Después de ponerme la ropa respire lo más profundo que me fue posible para abrir la puerta,mientas mi mente gritaba en inaudibles súplicas que mi madre no estuviera ahí.
Al abrir la puerta como de costumbre había 4 cámaras en el techo para que los “clientes “ pudiesen ver hasta la última gota de sangré, pero esta vez había algo distinto, también había cámaras casi a la altura del suelo; al lado de la puerta había un gran cuchillo y solo eso, no había un arma, esto sería un baño de sangre;
justo en medio de la habitación había una especie de mesa alta cubierta con una manta, al quitarla me di cuenta de que Lina estaba amarrada a ella por la parte de abajo, parecía estar dormida, muy probablemente drogada.
Al poner mas atención me di cuenta de que Lina no estaba amarrada, estaba esposada por cual no podría sacarla de ahí, también note que habia una plancha de acero como un segundo piso en esa especie de mesa.
Después de eso comprendí todo, tendría que tomar en cuchillo para después colocarme debajo de Lina y matarla, lo cual significa  que toda su sangre caerá sobre mi, obviamente no quería hacerle esto pero es mi vida o la suya así que fui por el cuchillo.
Una vez acostada con el cuchillo en mis manos decidí despertarla, aunque tardo unos segundos en darse cuenta que estaba pasando, cuando logro atender todo comenzó a gritarme.

-Eres una hija de puta, soy tu única amiga, la única persona que estuvo contigo aún sabiendo la mierda de persona que eres, soy todo lo que tienes además del loco psicópata de tu padre y la perra insensible que tiendes por madre- cada palabra estaba llena de odio.

-¿Encerio piensas que yo elegí esto?, Fue la estúpida de tu madre quien te mando al matadero ya que gracias a ella mi padre se entero sobre las pastillas en la comida, fue TU madre quien quien le puso un precio a tu cabeza y un precio bastante bajo, 12mil euros,eso vales para ella.- dije apenas en un hilo de voz

-no, no, eso no es cierto, Jade por favor te lo suplico, no lo hagas, déjame ir, podemos irnos, se que no estamos lejos de España, estoy casi segura que estamos en las afueras de Francia, podemos irnos por el bosque, en un par de días estaremos en la frontera y podrán entendernos, ellos hablaran español, nos van a ayudar, por favor no lo hagas- dijo entre sollozos.

-lo siento, sabes que no puedo- ella comenzó a gritar por ayuda y yo solo puse mis manos cubriendo su boca.
Lo siento…

Hasta la última gota de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora