Noche de agonía

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Lo siento.
Lo siento.

-Perdóname- Dije mientras tapaba su boca con mi mano izquierda y tomaba el cuchillo con la derecha.

Ella aún gritaba y sollozaba en forma de súplica, ya no podía entender lo que decía pero en sus ojos podía ver el pánico.

-Lina, perdóname, no voy a intentar justificarme culpando a mi padre, eso no serviría de nada, solo quiero  que sepas que eres alguien muy importante en mi vida y yo NO elegí esto.
Si existe una segunda vida espero que seas muy feliz y logres perdonarme.
Espero que seas libre, que puedas conocer Roma, que tengas un amor como el de los libros que te encanta leer, espero que tengas todo lo bueno que el mundo pueda darte.
Quiero que en otra vida tengas todo lo que te voy a quitar en esta.

Sin decir nada más acerque el cuchillo al interior de sus muslos y corte la femoral, sentí como el cuchillo se deslizaba a través de su piel y podía escuchar sus gritos de agonía, sentía sus lágrimas en mi rostro y la sangre caliente cayendo en mis piernas, sentía el metálico y nauseabundo olor de la sangre, pero no era suficiente si solo hacia eso, Lina tardaría en desangrarse y sería bastante agónico así que acerque el cuchillo a su cuello para deslizarlo por la carótida, prácticamente al instante pude sentir su sangre en mi cara; era bastante desagradable pero al menos Lina no sufriría tanto.
Después de eso dejó de gritar y moverse, gracias a la sangre en mi cara  no podía ver nada pero  supongo que se desmayó.

No sé cuánto tiempo me quedé ahí acostada, pero después de un rato comencé a escuchar la voz de mi madre quien me saco de esa habitación e  intentaba limpiar mi rostro, su voz se escuchaba disminuida como si estuviera lejos a pesar de sentirla  a mi lado.
Al abrir los ojos solo podía ver mi ropa casi totalmente roja, mi madre hablaba pero no entendía nada, y de un momento a otro sólo pude pensar una cosa, maté a Lina.
Fue como si quitarán todo el oxígeno que hay en el mundo, no podía  respirar, por más que lo intentaba el aire no llegaba a mis pulmones, comenzaba a entrar en pánico y las palabras se quedan dispersas, sentía un frío que me calaba en los huesos y sólo pude hacer una cosa, vomitar; vomite en la maceta que se encontraba al lado de la puerta pero eso no ayudó en nada, aún me costaba respirar y no podía formular una sola frase coherente, mi mente está hecha un lío y sin más ví como clavaban en mi pierna una jeringa con un líquido que ardía, después de eso todo se volvió borroso y no tarde en caer inconsciente
8pm
siento un intenso dolor en la cabeza y ganas de vomitar gracias al tranquilizante, al abrir los ojos todo esta borroso y no sé exactamente donde estoy, solo puedo ver intensas luces.
Cuando logro ver todo me doy cuenta que sigo en la habitación blanca, Lina ya no está amarrada, ahora se encuentra acostada en una plancha de metal, al acercare me doy cuenta q a su lado esta el cuchillo, un martillo y una nota que dice: “aun tienes algo pendiente “, odio esta parte pero si no lo hago no me dejaran salir.
Sus ojos aun están abiertos así que los cierro con delicadeza, tomo aire para intentar que las nauseas no aumenten, tome el cuchillo y lo deslice con fuerza por  su pecho, era un poco difícil ya que los músculos estaban tensos pero después de unos minutos lo logre, ahora solo tendría que romper las costillas con el martillo.
Primer golpe: por mi culpa Lina está muerta
Segundo golpe: por mi culpa ella no conocerá Roma.
Tercer golpe: por mi gran culpa ella jamás tendrá oportunidad de ser feliz.

Mis nauseas aumentan  pero no tengo otra opción, al tercer golpe las costillas se rompen dejándome el corazón básicamente en charola de plata, mi vista se vuelve borrosa pero logro sacar el corazón para  dejarlo en la mesa.
Me siento demasiado mal todo esta muy borroso, calmantes + estrés no es una buena combinación, camino hacia una esquina y me siento, no sé cuánto tiempo pasa pero me quedo dormida.

10pm
al despertar me encuentro en mi cuarto sobre mi cama, aun tengo puesta esa horrible ropa, al levantarme me doy cuenta que en la mesita de noche hay unas pastillas, un vaso con agua y una nota la cual dice “Esto ayudara con el dolor de cabeza” y en la parte inferior  “12:00 en punto”, siempre después de cada prueba hay una cena con mi familia y la de Adam, esto será realmente incomodo pero aun no tengo cabeza para eso.
Después de tomarme los medicamentos voy directo hacia el baño y abro la regadera, no mi importa que el agua esta fría y mucho menos que aun tengo la ropa puesta, me tarde bastante en la ducha sin pensar en nada solo deje todo pasar.

11pm
después de bañarme comencé a arreglarme para la cena, use otro vestido rojo, no puse demasiada atención en mi cabello solo lo alisé un poco y puse algo de color en mis mejillas.

12am
Al llegar al comedor tengo la boca seca, puedo ver a Adam bastante sereno pero Lilia esta bastante afectada, esta pálida, sus ojos están hinchados y no deja de temblar mientras mis padres estaban como si fuera un día completamente normal.
en el transcurso de a cena podía escuchar los sollozos de Lilia y las felicitaciones de mi padre, pero de un momento a otro todo detona.

-Eres una asesina- grita Lilia rompiendo la calma de la cena.
-cállate y siéntate- dice Adam en un tono tranquilo.
-No, no me callare, ella mato a mi hija, a mi bebe.
-ella la mato, pero tu cargaste el arma, ahora cállate y cena o te vas a arrepentir.
-Ella mato a nuestra hija, ¿no aras nada?
-Tienes 10 segundos para callarte- dijo Adam sacando su arma, pero a Lilia no pareció importarle.
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10…

Con una actitud ridículamente tranquila apunto su arma en direcciona la cabeza de Lilia y jaló el gatillo, yo solo pude ahogar un grito mientras Lilia caía al piso.
-joder, que manera de arruinar la cena, limpia esto inmediatamente- dijo mi padre dirigiéndose a Adam.

Yo no sabía qué hacer, solo me quede congelada.
-Vámonos cariño- dijo mi madre mientras me guiaba a mi habitación.

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⏰ Última actualización: Feb 12, 2022 ⏰

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Hasta la última gota de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora