Esto NO estaba en la lista (Harry x Draco x Tn) +18

4

Cada día que pasaba era un día menos que faltaba para la final de Quidditch, algo que estaba alterando tanto a los de Slytherin como a los de Gryffindor, pero había una persona en particular que lo estaba pasando peor que cualquiera: Draco Lucius Malfoy. Sentía demasiada presión, un poco impuesta por él mismo y otro poco por los miembros de su casa, la suma de ambas era lo que lo terminaba de sacar de sus cabales. El equipo de las serpientes estaba entrenando cuatro veces por semana, en cada uno de los encuentros trataban de dar el máximo potencial que tenían, pero el rubio estaba más que convencido de que el esfuerzo que hacían no era suficiente y era justamente por esa razón que ningún día, sin falta, dejaba de ir al campo de quidditch a practicar, intentando romper el récord diario de tiempo que necesitaba aproximadamente para atrapar la snitch.

La obsesión de Draco había ido tan lejos que se podía notar a simple vista el cansancio que su cuerpo arrastraba, pero a él poco le importaba, tenía la necesidad de ganar la copa de quidditch corriendo por sus venas y no iba a dejar de ninguna manera que ganen los de gryffindor, menos que menos toleraba la idea de perder contra Potter, quedando al ridículo frente a todo el colegio.

Harry, por su lado, estaba muy ansioso esperando la final. Su equipo estaba entrenando duro, así que confiaba en que todo saliera bien. La tarea más difícil que tenía era controlar a Ron, el cual pasaba por todas las emociones de solo pensar en enfrentarse a los de slytherin; a veces estaba nervioso creyendo que cualquier cosa podría salir mal, otros días se sentía invencible y argumentaba que la quaffle no pasaría por los aros de su equipo mientras él estuviera consciente, simplemente la inestabilidad del pelirrojo podía llegar a sorprender dependiendo del día.

A ______, a diferencia de su novio y su mejor amigo, lo que la estaba volviendo loca era el examen de Historia de la magia que se aproximaba. Le había pedido a Draco sus apuntes (que estaban completísimos) para transcribirlos y una vez que tuvo todo el material listo se dispuso a intentar estudiarlo, lo cual era una tarea que había creído que iba a ser más sencilla, pero que en realidad era un calvario. Eran fechas y fechas y acontecimientos y relatos...tan aburrido. Lo único que la motivaba era la promesa de Harry de cumplir alguna de las fantasías que ella quisiera si aprobaba el examen, así que iba a luchar por la grata recompensa que iba a recibir de llegar a lograr su objetivo. Hacía varios días que él le había entregado a ella la lista de sus propios deseos carnales y ______ había disfrutado al leerla con atención, ya hasta tenía en mente cual podría ser lo próximo que iban a hacer teniendo en cuenta los gustos de ambos, así que solo le quedaba estudiar y rogar por tener los mínimos conocimientos indispensables para pasar la asignatura.

★★★

______ estaba sentada en un sillón de su sala común rodeada de pergaminos que estaba intentando memorizar. El ambiente, para su suerte, era bastante silencioso; las pocas personas que se encontraban en la cercanía también estudiaban o realizaban sus deberes, así que se podía decir que todo estaba en armonía. La slytherin leyó y releyó el mismo párrafo una y otra vez, intentando grabarlo en su cabeza, aunque parecía no poder lograrlo, cosa que la frustraba de sobremanera. ¿Por qué no podría estar estudiando algo más entretenido o llevadero? Se maldijo a sí misma por no haber prestado atención en clases y al señor Binns por no hacer las explicaciones más interesantes.

Un ruido resonó por toda la sala común y más de una persona se giró a ver de dónde provenía aquello que había alterado el aura de paz. ______ observó a Draco recoger su escoba del suelo y no pudo evitar notar la pesades con la que él se dirigía hacia la puerta, por lo que se levantó del sillón y fue caminando en dirección al rubio.

—¿Por qué mejor no vas a dormir una siesta? Te va a hacer bien descansar un poco—dijo la slytherin en un tono dulce, porque lo que menos quería era que sonara como un reproche y que otra vez terminaran discutiendo. Ya se había cansado de tratar de hacerlo entrar en razón al respecto de todo lo que se estaba sobreexigiendo, era increíble lo terco que él podía llegar a ser a veces.