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iida se apartó rápidamente del lugar dejando ver la imponente figura de enji todoroki en todo su esplendor. las llamas de su cuerpo alzándose y el ceño fruncido como siempre.
todoroki retrocedía intentando alejarse de la imagen frente a él. Los gritos de su padre se sentían como puñaladas para su frágil mente.
- ¡Iida quiero que vayas a buscar ahora al director y a Recovery Girl!
Si quería controlarlo necesitaba ayuda.
El peliazul no dudó un segundo en acatar las órdenes del mayor.
El ambiente era tenso, el miedo se apoderaba de su mente, solo podía llorar viendo con horror cómo su padre golpeaba a su madre frente a él. Nuevamente esa escena, no quería vivirlo por segunda vez, quería dejar todo atrás y seguir con su vida pero siempre algo se lo impide.
- Todoroki, debes calmarte o solo empeorará -. El adulto quería ayudar, pero qué debía hacer con un alumno nublado por el miedo que no escuchaba una palabra.
La imagen se desvaneció una vez más.
El pelinegro suspiró aliviado al ver como la imagen desaparecía.
Su calma no duró mucho.
Montones de escenas se aparecían a sus alrededores, rodeaban el sillón donde estaba Todoroki.
Gritos, golpes, llanto y un niño con enormes llamas azules acercándose peligrosamente al bicolor. Todos sabían que era una especie de ilusión, todos menos Shoto.
Lo veía tan real como en el pasado, parecía que a su alrededor las cosas se difuminan hasta volver a la imagen de la casona japonesa.
[...]
Su hermano mayor se acercaba mirándolo con sus ojos azules intensos mientras liberaba enormes llamas, se dirigía a él con claras malas intenciones. El calor aumentaba, podía sentir como su piel ardía aunque todavía estuviera lejos del fuego.
- Shoto, ¿por qué tienes que ser tú? Yo soy más fuerte, soy mejor que tú. Cuando termine contigo podré estar de nuevo con papá, los dos juntos...
- T-touya-nii...¿no me quieres?
- Para mi...fuiste una desgracia desde que naciste...
El calor en la habitación aumentó, el suelo estaba en llamas al igual que varias cosas alrededor. La piel de su hermano se estaba tornando oscura y olía a carne quemada, era asqueroso.
Intentó retroceder pero chocó contra la pared, el calor lo estaba sofocando. No tenía a nadie que lo pudiera ayudar, sus hermanos no estaban en casa y su madre había sido llevada al hospital, mientras que su padre sólo permanecía en la sala de entrenamiento, quemando todo lo que estuviera a su alcance porque las cosas no salen como lo desea; odia tanto el fuego.
