Una vez más, todo a su alrededor se desvaneció.
Estaba en la sala de entrenamiento, su padre lo miraba con furia, el calor que desprendía era infernal.
Su padre lo había golpeado hasta el cansancio solo porque lo encontró jugando con su hermana en lugar de estar entrenando.
— Deja de llorar y ponte a entrenar, debes ser fuerte para convertirte en el héroe número uno.
— Yo no quiero esto...quiero ir con mamá —. Hacía ya tres días que se la habían llevado y no tenía noticias de ella, pero la seguiría esperando hasta el fin. — ¿Por qué no puedo ir a jugar con mis hermanos?
— ¡Tú vives en un mundo diferente al de ellos! ¡No puedes pensar en jugar, debes entrenar y volverte más fuerte! —. Agarró su cabello con fuerza, obligándolo a levantar la mirada. — No quiero volverte a escuchar decir que quieres ir a jugar, ¿entendiste?
El bicolor sólo podía llorar y temblar frente a la imponente figura de aquel hombre. Recibió otra de esas miradas que lo perseguían en sus pesadillas, su padre era como un monstruo, uno al que le temía mucho. Sintió otro jalón en su cabello, la temperatura se comenzó a elevar y sintió mucho más miedo.
— Te hice una pregunta, responde.
Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, ese tono era el que usaba con su mamá siempre que ella se ponía frente a él para protegerlo y terminaba herida en el suelo, llorando y temblando.
Asintió lentamente, con la mirada algo perdida y las mejillas bañadas en lágrimas.
— Bien —. Lo soltó y se dio la vuelta regresando su atención a lo que hacía anteriormente, ignorando sus sollozos.
Vio caer al suelo las blancas hebras de cabello, quemadas y dañadas, igual que su mamá.
Fue traído de nuevo a la realidad por los llamados de su profesor. La ira y tristeza lo invadían, tenía ganas de golpear algo a la vez que solo quería tirarse sobre el suelo y llorar hasta dormir, como hacía la mayoría de veces que tenía pesadillas en la noche.
Estaba cansado, confundido y abrumado, sus ojos pesaban y su cabeza dolía, era demasiado para su débil mente, así que simplemente se acostó en el suelo para descansar sin importarle las miradas sobre él. Cerró sus ojos ya colorados e hinchados de tanto llorar, sintiendo sus pestañas mojadas y las lágrimas secas sobre sus mejillas.
Dejó salir un suspiro de sus labios antes de caer dormido en el frío y duro suelo.
— Ahora que se durmió podremos llevarlo sin tanto escándalo —. Chiyo miraba con alivio como el adolescente respiraba de forma tranquila, como si no hubiera pasado nada.
— Iida y Yaoyorozu, en cuanto el director regrese quiero que vayan a la enfermería a preparar la cama —. El pelinegro los miraba serios, no era una situación para tomar en broma y necesitaba a los más responsables de la clase.
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𝙈𝙚𝙣𝙩𝙖𝙡 𝘿𝙞𝙨𝙖𝙨𝙩𝙚𝙧┊𝙎𝙝𝙤𝙩𝙤 𝙏𝙤𝙙𝙤𝙧𝙤𝙠𝙞.
FanfictionLos recuerdos del pasado se vuelven etéreos y lo harán añicos. -contenido sensible para el lector.