𝗋𝗈𝗌𝖾

# 06

— hola — le saludó con una sonrisa. hace unas semanas que se habían conocido, pero a jisung le empezaba a agradar mucho.

— hola, sung — respondió a su lado, sentándose en frente suyo — siento no haber podido verte últimamente, he estado algo ocupado.

jisung no hizo más que asentir, con una sonrisa. se sentía bien estando con él, además se qué podía decirse que era su único amigo en esa ciudad.

— ¿qué tal te ha ido, chan? — le preguntó con una sonrisa.

— nada interesante, ¿y a ti?

— pues... — sentía la necesidad de hablar de ello con alguien, y la cara sonriente de su acompañante le animaba a seguir. — el otro día conocí a un chico.

no sabía si fue su impresión, pero el semblante del chico frente a él se volvió más serio.

— ¿ah sí? ¿cómo es? — dijo con algo de desinterés. jisung no entendía su cambio de humor.

— oye, ¿pasa algo? — pregunto preocupado por su conducta. él solía ser más amable y dulce con él.

— pasa que me gustas, han jisung. tanto que estoy pensando dejar a minho por tí.

— ¿minho? ¿minho qué?

— te estoy diciendo que me gustas, ¿y te importa más el apellido de mi novio?

chan, porfavor. — dijo con las esperanzas de no estar hablando del mismo chicos porque si eso fuese así, jisung se sentiría la peor persona del mundo.

— lee minho. — murmuró algo más calmado. — sé qué no sientes lo mismo por mí, pero porfavor, déjame intentarlo.

— chan, ¿te dió una rosa, la semana pasada? — le dolía tener que evitar las preguntas de su amigo, pero necesita saberlo.

— si, ¿pero eso que tiene que ver? — preguntó algo confundido.

— chan, yo... — ¿cómo explicarle a tu único amigo que habías conocido a su novio y que había indicios de atracción por él? — sólo te veo como un amigo.

jisung estaba seguro de que la otra noche minho lloraba por chan, y saber que chan gustaba de él no ayudaba a qué se sintiera menos culpable.

— él... ¿él sabe de mí?

— no lo sabe. — respondió aún sin entender las tantas preguntas sobre su novio. — entonces, ¿esa es tu decisión final?

jisung asintió. no sentía nada por él, nada más que una gran amistad. no sé atrevió a decirle nada cuando se fue, porque aún seguía sintiéndose culpable.

había hecho que el castaño llorara, indirectamente, pero lo hizo.