CAPÍTULO 4

67 10 0
                                    

VIVO POR Y PARA TI

CAPÍTULO 4

FINAL

Durante un año, el rey, quien vivía lleno de rencor, trato de deshacerse de la caballero. Envió mercenarios y al día siguiente sus cabezas estaban clavadas en picas. Quiso envenenarle con la comida y Shizuru mandó ejecutar a todos los cocineros. Le tiró un candelabro encima y Natsuki le partió en dos con su espada. Sin importar lo que hiciera, ella sobrevivía.

Al final del año, Natsuki le debía más de una cicatriz al infeliz, pero sus cicatrices eran un recuento de sus victorias, y con cada victoria se volvió más cuidadosa, más astuta, más fuerte.

Reito se dio cuenta de que él solo jamás lograría derrotarlas, entonces, con la paciencia dada por su odio, los siguientes dos años se dedicó a juntar a aquellos que habían sido dañados por la reina, a todos los que lloraban la perdida de seres queridos, a todos lo que temían ser ejecutados por la verdugo de armadura negra. Avivó la llama de la rebelión, sin embargo, a diferencia de las dos mujeres que tanto aborrecía, él no sabía jugar con fuego.

La reina tenía 25 años, su caballero 24, se conocían desde hace 10, llevaban 8 como pareja y 3 haciendo el amor a espaldas del rey. Pero llegó el día en que la tercer tragedia, esa que Kanzaki había llevado consigo, estalló, y la cuenta de sus años juntas amenazó con llegar a su fin.

El rey les encontró en la recamara real, en pleno acto, Natsuki sobre Shizuru. Era obvio que había visto algo que nadie debía saber y también era obvio lo que iba a suceder. Les sonrió con despreció. -Así que además de malvada, eres un fenómeno Shizuru-. Los ojos carmín le vieron con superioridad, los esmeralda con enojo. -No sé cómo no lo noté antes-. Dhuran gruñía entre colmillos. -Ahora todo tiene sentido-. Vio el cuerpo que seguía sobre el de su esposa. -No es la primera vez, ¿cierto?-.

-¿Me culpas? Ella si me hace sentir mujer cuando me toma-. La oji-verde sonrió levemente ante la declaración, en cambio, él sintió su ego pisoteado.

-Dime, ¿Antes o después de nuestra boda?-.

-¿Eso importa?-. La pregunta era una burla. -Me casé contigo solo para tener la corona-. Admitió sin problemas.

Él rio con amargura. -Supongo que estamos a mano-. Total, ya estaban diciéndose las cosas a la cara. -Me casé contigo solo para matarte-.

Natsuki y Shizuru confirmaron que todos aquellos "accidentes" en efecto habían sido culpa de Reito. Lo habían pensando desde el inicio, pero le habían dejado vivir porque les servía para cubrir su amor prohibido; si bien el sol no podía taparse con un dedo, algo era algo.

-Supongo que yo mande matar a alguien que querías-. Hablaba con una tranquilidad perturbadora.

-Mataste a mi prometida ¡Mataste a Mai Tokiha!-. Cinco años después, la herida seguía fresca, el rencor le mantenía abierta, el odio le impulsaba a buscar venganza.

-Oh ella, puedes culparle por su propia muerte-. Quiso desquiciarle aún más, para ello, solo tuvo que besar a la oji-verde. -Si no se hubiese interesado en mi mujer, seguiría con vida.

-¡Eres una hija de puta!-. Gritó lleno de rabia. De todos modos iba a morir, en el mejor de los casos a manos de la caballero, en el peor, destrozado por el gigantesco lobo.

-Me lo dicen bastante seguido-. Le miró burlonamente. Quizá no hubiese sido tan cruel con Reito si este no hubiera intentado matar a Natsuki durante su primer año en el castillo. -Y muy seguido ejecuto a quienes lo hacen-.

-¡Ni siquiera nos matas tú!-. Los ojos dorados relampagueaban. -¡Ensucias las manos de tu amante en lugar de las tuyas!-.

-Eres muy ruidoso-.

Vivo por y para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora