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Tokyo, Japón

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Tokyo, Japón.

Lunes 23 de Marzo.

La empresa D&R es una de las más importantes en todo el país de Japón, poseía diversos sectores para siempre ser el número uno del mercado, además todos sabían que el actual CEO de la empresa era bastante amable con sus trabajores por lo cual en gratitud todos trabajaban sin dar problemas.

En la empresa los inversionistas más importantes de D&R acababan de salir de una junta con el CEO; en su mayoría eran hombres mayores que apreciaban al dinero más que otra cosa, dentro de la sala aún se quedó el dueño de la empresa revisando unos papeles.

Luego de pasar un rato en aquel sitio se levanta de su asiento; tomando su maleta para salir de la sala de juntas, caminando por el pasillo como es de costumbre se gana varias miradas nada disimuladas de sus trabajadores, le gustaría quejarse pero vamos ¿quien no se detendría a mirarlo?.

Llega al ascensor al cual entra apretando el botón para el último piso, rueda al ojos al escuchar la música del ascensor ¿enserio esa tonada tan aburrida? Debía mandar a cambiar eso, en las madrugadas que entraba al trabajo esa música solo aumentaba su sueño.

Al llegar al último piso las puertas del elevador se abren, caminando hacia la salida saluda amigablemente a la recepcionista del edificio, al salir a la calle un autonegro último modelo esta estacionado en la acera de enfrente , de su bolsillo saca las llaves desactivando la alarma, entra al vehículo en la zona del piloto cerrando la puerta a su lado; generalmente su chofer lo llevaba pero le apetecía manejar el dia de hoy a el.

Arranca el vehículo encendiendo la radio dejando sonar su estación favorita a todo volumen donde Believer estaba sonando; la música de ese estilo era totalmente su tipo, luego de veinte minutos conduciendo llega al restaurante donde había hecho su reservación, deja su auto aparcado en el estación del lugar para bajar de el activando la alarma.

───Buenas tardes ¿puedo ayudarle? ───. Al entrar al lugar una amable mesera lo recibe.

───Tengo una reservación.

───Oh ya veo ¿su nombre?.

───Ken Ryuguji ───. La señorita apenas escucha el nombre le sonríe amablemente para guiarlo a su mesa.

Ken Ryuguji, sus amigos más cercanos le apodaron Draken, un joven-adulto de veinticuatro años que atrapaba las miradas de todos a su alrededor; un cuerpo tonificado, un aura intimidante y además un Alfa dominante , su cabello era rubio el cual generalmente ataba en un trenza para dejar a la vista su dragón el cual estaba tatuado en su nuca.

Esposo de mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora