2 de diciembre

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- Mami, llegamos~ decía Max emocionado al parquearse frente a la casa de su tía.

- Llegamos mi amor! Jajaja me dormí, debes estar cansadito~

- Estoy bien ma jaja, vamos

Al bajar vieron a  Margarita con los ojos cristalizados y con una gran sonrisa, ella los había extrañado mucho.

-Mónica!
- Margarita!

Al escuchar esos gritos Max se asustó un poco, pero sonrió porque después de tanto tiempo su mamá y su tía se reencontraban, no era para menos.

Al dirigir su mirada a la puerta de la casa vio a su primo mirando con emoción como se abrazaban esas dos mujeres llenas de sentimientos. Y luego estaba dirigiendo su mirada hacia Max, le dio una cálida sonrisa y abrió sus brazos para que Max se acercará y se dieran un abrazo muy grande, que demostrará lo mucho que se habían extrañado, pues ninguno de los dos tenía más primos o primas y no se veían hace tiempo.

- Johannnnn! Jajaja cómo estás? - dijo Max al tirarse a los brazos de su primo.

- Estoy muy bien, cómo estás tú?
- Yo muy bien.

Estaban tan felices por el reencuentro, tanto así que Johan había olvidado un pequeño detalle, o tal vez no tan pequeño, su amigo los observaba expectante o más bien miraba a Max, y como si hubiera sentido esa mirada volteó la cara encima del hombro de Johan y lo vio. Ahhh, que chico más guapo, no pudo evitar sonrojarse ante la hermosa sonrisa que le ofreció, se aclaró la garganta y lo saludo.

- Hola.

- Hola.

Y entonces Johan lo recordó, algo apenado soltó a Max y dijo

- Max el es Antonio mi amigo, Antonio el es Max mi primo - como si fuera Cupido unió sus manos y un escalofrío recorrió el cuerpo de los dos chicos, una sensación que se les hacía conocida, se brindaron una sonrisa y se soltaron lentamente las manos. Margarita llamo a Max para saludarlo y al darse la vuelta, Antonio noto que tenía un gran trasero y casi se ahoga con su propia saliva. Era un trasero grande y redondo, no se veía feo ni exagerado, Max tenía un cuerpo hermoso, y la ropa que usaba se le veía espectacular, su jean se ajustaba bien a sus piernas hermosas y a su trasero, y esa camisa que llevaba le quedaba súper.

Antonio quedó hechizado y es que, quién no? Por Dios ese chico era lo más bello que había visto en su vida,  esa carita tan delicada, esas pestañas largas, esas mejillas gorditas y rojitas, esa nariz hermosa, esos labios regordetes y esas cejas ni muy finas ni muy gruesas, por Dios, era un ángel.

Después de eso entraron a la casa, Antonio se iba a ir pero Margarita dijo que se quedara a pasar el rato y a cenar, y quién era Antonio para desobedecer a Margarita, si la quería como si fuera su mamá, en todo ese tiempo estuvieron mirándose hasta que se hizo tarde y Antonio debía marcharse, Max estaba en la cocina y Margarita le dijo a Antonio que se despidiera de él, que no fuera tímido y el ni corto ni perezoso jajaja. Llego a la cocina y Max estaba intentando agarrar un vaso para tomar agua, al ver que no alcanzaba (Ya que era un poco bajo) Antonio se inclinó detrás de él y lo tomo, tal vez no lo notó o tal vez lo hizo a propósito, quién sabe? Pero estaba arrecostando su entrepierna en el trasero de Max, vamos, él era alto, pero no tanto para alcanzar el vaso sin arrecostarselo a Max. Después se separó un poco y Max se giró hacia él, estaba sonrojado y tenía una expresión tímida, miro el vaso y Antonio se lo entregó, le dio las gracias y sacó agua, Antonio se quedó mirándolo, y al ver que Max empezaba a ponerse incómodo hablo.

- Ya me voy, entonces, vine a despedirme.

Max casi toca el cielo, por Dios, ese chico guapo había venido a la cocina a despedirse de él y solamente de él.

- Oh, eh, chao - por Dios, estaba tan nervioso, tenía una mirada tan fuerte. Antonio se acercó a él y sin pensarlo le dio un piquito, Max estaba tan rojo, pero tan feliz. Al ver que no hizo ningún gesto de incomodidad o disgusto, se volvió a acercar y lo agarró por la cadera, Max paso sus brazos por el cuello de Antonio y sus labios se encontraron a la mitad del caminó. Qué estaban haciendo? Margarita, Mónica y Johan estaban en la sala, y ellos se estaban comiendo la boca como si no hubiera un mañana!, pero por alguna razón, ninguno de los dos se podía detener, Antonio subió un poco sus manos y apretó la cintura de Max, y Max sólo pudo hacer más fuerte su agarré, escucharon un ruido y se separaron, después escucharon una queja de Johan diciendo que se había golpeado el pie, se miraron un rato y luego Antonio hablo.

- Mañana, quiero mostrarte un lugar, puedes venir conmigo?

Por Dios, claro que podía, claro que Siii! Max asintió y Antonio miro por el rabillo del ojo si había alguien cerca, al notar que estaban solos se acercó otra vez y le dio como cinco piquitos seguidos, sus ojos brillaban, después de tanto tiempo lo había encontrado? Los dos estaban más que encantados. Antonio metió sus manos a sus bolsillos y le sonrió.

- Nos vemos mañana, te parece a las 5:00?

- Si, a las cinco está bien.

- Bueno, pero de la tarde jajaja - Max se rió bajito y asintió, parece que lo conociera, porque si por Max fuera estuviera poniendo  alarma a las 4:00 am para arreglarse jajaja.

- Chao.
- Chao.

Y sin más se fue dando brincos, estaban tan emocionados, ya querían que fuera mañana.

Aquella navidad junto a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora