Capítulo 23: "Llorar bajo la ducha"

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Arizona
Estas últimas semanas habían sido las peores, luego de que Amelia le informara a Calliope que lo más seguro es que, no pudiese volver a caminar, ella decayó.

Prácticamente me mudé a su hogar, la acompañaba en cada sesión de fisioterapia.

Calliope estaba a la defensiva, no creía que pudiese caminar nuevamente, mientras yo tenía todas las esperanzas.

Intenté hablar con ella varias veces, pero parecía que me culpaba por el accidente.
A veces hasta yo misma me culpaba por no haber intervenido, pero ya no puedo arrepentirme por algo que no hice.

Parecía la maldita asistente de la morena. Ella no quería ver a nadie que no fuese yo, hasta maltrataba a su fisioterapeuta.

— Vamos, tú puedes— la tomé desde atrás mientras ella intentaba caminar.

Calliope prácticamente arrastraba sus pies, pero hacía lo que podía para caminar al menos dos pasos.

— No puedo— se quejó.

— Si, si puedes— la alenté.

— No puedo— susurró.

Intenté hacer que caminase, pero nada resultaba.

— ¡No puedo!— gritó y se dejó desvanecer.

El arnés la sostuvo, la sentamos nuevamente en la silla de ruedas. El fisioterapeuta se fue y ella se encerró en la habitación. Debía ir a hablar con Amelia, por lo que apenas me asomé.

— La enfermera está abajo, si necesitas algo, llámala. Debo ir a hablar con tu doctora.

No recibí respuesta alguna por lo que salí luego de susurrar un "adiós".

Pasé por casa de Amelia, realmente no sabía si hablaríamos de Callie o solo quedábamos para conversar como personas.

Por ahora ella era mi escapatoria para todo, sobretodo para la situación que estaba viviendo en casa.

— ¡Llegaste!— sonrió y me abrazó.

— Llegué— sonreí apenas.

Al instante notó que algo había pasado.

— ¿Calliope?

Asentí.

Entré a su casa, dejándome caer en su sofá, me tapé el rostro con un almohadón y grité.

Amelia dejó escapar una pequeña risita, hasta que se sentó junto a mi, acariciando mi cabello.

— ¿Qué ocurrió?

La observé y me senté correctamente.

— Ni siquiera me habla, ya no sé que hacer Amelia. Simplemente me ignora como si tuviera la culpa de lo que pasó— negué— Estoy llevándome todo lo malo...

— ¿Y por qué aguantas todo eso?— acarició mi mejilla, quitando las lágrimas.

Aguanto todo por amor— susurré.

Ella asintió y me dejó entre sus brazos, recostando mi rostro en su pecho.

— Tal vez necesitas un respiro, estás lastimándote.

Asentí y nuevamente la observé.

— Necesito algo que me haga olvidar todo lo que sufro por alguien que quizás ya ni siquiera me quiere— susurré.

Amelia me observó fijamente, sus ojos contornearon todo mi rostro. Desde mis labios hasta mi ojos.

Ambas tragamos saliva, nerviosas.

Sentía que esto no era lo correcto.

No pude pensar más, cuando me di cuenta la castaña tenía sus labios sobre los míos.

Ella estaba besándome de una manera dulce y tierna, de la manera en la que no me besaban hace meses.

Aún puedo recordar como Callie solía abrazarme y besarme todo el día, siendo que hace más de tres meses que no la siento así.

Tan solo quiero sentir un poco de cariño por su parte, aunque sea mínimo.

Lucho todos los días por recuperar los recuerdos de aquella morena que por lo menos me quería.

Al instante me alejé de Amelia.

— No puedo hacer esto Amelia, lo siento.

Me puse de pie y salí prácticamente corriendo de su departamento.

¿En qué estabas pensando Arizona?

Me reproché el momento miles de veces conduciendo hacía la casa de Callie.

[...]

— ¿Callie?— ingresé al departamento en busca de ella— ¿Calliope? ¿Dónde estás?

Al ingresar al baño noté que ella estaba tirada a un costado de la ducha.

— ¿Estás bien? ¿Y la enfermera?

— No me agradaba, la despedí— confesó.

Jadee.

¿Este día podría ser peor?

— Excelente— dije irónica y suspiré— ¿Por qué estás...?— la observé confundida.

— Pensé que podía llegar al baño, yo sola, a tiempo. Al parecer, me equivoqué...— miró hacía otro lado.

— ¿Te caíste? ¿Estás bien?

— ¿Te parece que estoy bien?— preguntó irónicamente.

Fruncí el ceño.

— ¡Estoy sentada en un charco de mi propia orina!— gritó.

— Te llevo a la ducha— me puse de pie y la encendí.

— No, ¡vete!— gritó.

— ¡Hey!— subí el tono de mi voz, reprendiéndola— No me hables así.

— ¡Por favor, vete!— suplicó enojada.

— ¡Calliope!

— ¿Me escuchas?— gritó— ¡Esto es su culpa! ¡Debiste haberlo matado! ¡No puedo ni orinar sola!

— Si, y es un problema, ¡Porque ahora apestas!— la tomé de las muñecas— ¡El baño apesta!— grité.

La cargué con ambos brazos y la puse de pie.

— ¡Suéltame!— suplicó en un grito ahogado.

— ¡No conviviré con alguien que huele así!

La llevé contra la pared de la ducha, metiéndonos ambas allí.

— ¡Suéltame! ¡Suéltame!— suplicó nuevamente.

— ¡No tengo adónde ir! ¡Esta es mi vida también! ¡Elegí amarte a pesar de esto!— dije en un grito desgarrador.

No pude resistirlo y rompí en llanto frente a ella, mientras la morena me observaba entendiendo, tal vez, todo.

Necesitaba salir de todo esto, ni siquiera la conocía del todo y ya planeaba hacerme cargo de ella.

"Y me dejaste allí llorando, preguntándome qué hice mal
And you left me there cryin', wonderin' what I did wrong
Y siempre dices que nunca estoy satisfecha
And you always say I'm never satisfied
Pero no creo que eso sea cierto
But I don't think that's true
Porque todo lo que siempre quise fue ser suficiente para ti
'Cause all I ever wanted was to be enough for you"

— Olivia Rodrigo

———
q sad :(

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