Capítulo 32: "Final feliz"

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Arizona
Luego de pasar algunos minutos en la cama, decidimos que era hora de levantarnos. No queríamos generar de qué hablar entre los familiares de Callie.

Si bien todos sabían que ahora estábamos enamoradas, creíamos que lo mejor era mantener nuestra pequeña relación en secreto, al menos por ahora.

Calliope se acercó a mi, mientras me observaba en el espejo, ella pasó sus manos por mi abdomen y me abrazó, dejando su mentón en mi hombro.

— Te ves increíble, como siempre.

Sonreí ante su comentario.

— Tú también.— coloqué mis manos sobre las suyas y dejé caer mi cabeza hacia atrás.

— ¿Bajamos?

— Mhm.— acepté.

Callie abrió la puerta y me dejó pasar primera, pero como sospechaba, tenía algo en mente. En cuanto crucé la puerta, la morena dejó caer su mano sobre mi trasero. Di apenas un brinco, la miré con los ojos como plato y una pequeña sonrisa vergonzosa.

— Manos quietas Srta. Torres.

La latina rio pícaramente y ambas bajamos. Todos sus familiares estaban en el jardín, desayunando. En cuanto nos vieron cruzar la puerta, Aria comenzó aplaudir.

— Ya era hora.— todos rieron.

— Lo siento, estábamos cansadas.— se excusó Callie.

Mis mejillas rápidamente se tornaron de un rojizo. Haciéndome sentir vergüenza, recordando lo que nos había dejado cansada.

— Es extraño, no las vimos más luego de que le mostraras la estancia a Arizona.— agregó inocente Lucía.

Sin decir ni una palabra más, nos sentamos junto a Aria y su novio. Ella hizo algunas bromas sobre nosotras, pero luego se entretuvo con alguien más y nos dejó.

El desayuno pasó y la mayoría regresaron a la casa para preparar el almuerzo. En cambio los más jóvenes, o los que no sabíamos cocinas, nos quedamos fuera solo conversando.

— Callie, ¿Cuándo saldrá el próximo disco?— preguntó una de sus primas emocionada.

— El mes siguiente.— sonrió ampliamente mi morena.

La observé con el ceño fruncido. Calliope no me había hablado sobre un nuevo disco, ni siquiera sobre nuevas canciones, lo que se me hacía extraño.

— ¿Tiene algún tipo de temática?

— Escuché algunas canciones, todas románticas.— se burló Aria.

Callie al instante se puso roja.

— Quiero oírlas a todas.— me acerqué a su oído y susurré.

— Son todas para ti, solo dime cuándo y las cantaré.— besó mi mejilla.

Ahora la que estaba nerviosa y roja era yo, como siempre. Eso me gustaba de Callie, siempre me hacía sentir la mujer más afortunada del mundo. Al menos lo hizo por mucho tiempo, y ahora está recuperando el perdido...

Debo aceptar que los mexicanos hacen comida deliciosa, nunca pensé que un almuerzo de año nuevo sería tan glorioso. La madre de Callie y sus tías tenían mano para la cocina, y vaya que había comido demasiado.

Luego de un almuerzo cargado, decidí colocar una manta en el césped y recostarme allí mientras chequeaba mi móvil. Envié un mensaje al lugar donde mi padre se quedaba, preguntando si todo estaba bien con él.

Pero de pronto sentí a alguien frente a mi, y no era nada menos que mi novia con un buen puchero en su rostro. Sabía lo que quería pero de todas formas me negué.

Callie dió pequeños brincos, como si fuera una niña pequeña, mientras su puchero seguía allí. Me dió tanta ternura que no pude negarme a abrir mis brazos y esperar que se lanzara sobre mi.

Y así lo hizo, prácticamente saltó sobre mi, dejando su rostro sobre mi pecho y sus piernas entrelazadas con las mías.

Dejé escapar una pequeña risa.

— Me gusta estar así contigo, no te rías.— gruñó en broma.

— Bien... Solo no gruñas, pequeña bebé.— acaricié su cabello y parte de su espalda.

— ¿Puedo tomarnos una foto?

— Claro.

Callie colocó su móvil a un costado de nosotras, solo salía mi cabello rubia y su rostro, mostrando que estaba sobre mi. Ella sonrió ampliamente y la tomó.

Luego subió un poco más el móvil, logrando obtener un ángulo desde donde se veían ambos rostros, iluminados por el sol, tomó otra fotografía y guardó su móvil.

— Te amo pequeña.— susurró en mi oído.

Sonreí como tonta ante su ternura. Parecíamos dos locas enamoradas, lo estábamos, pero por hoy, estaba multiplicado por cien.

— Yo igual te amo.

— ¡Callie!— gritó Lucía— ¡Canta algo para la familia!

Al principio la latina se quejó ya que quería seguir cómoda sobre mi. Pero todos comenzaron a pedírselo, por lo que tuvo que aceptar y tomar el piano y micrófono de su habitación.

— Esta es una canción de mi nuevo disco, espero les guste porque ya no voy a cambiarla.— bromeó.

Me coloqué al lado de Aria y sonreí. Sabía que todas las canciones que escribía Callie eran poesía pura.

— Tú transparente, sin un as bajo la manga, sin un truco, pero magia en la mirada y yo la flor marchita que de tanta agua salada se secaba... Y hoy ve el sol brillar.

— Esa canción es para ti.— susurró su hermana en mi oído.

— A un beso solamente. One stop from going crazy. Yo me iba a rendir
¿Quién iba a decir que hoy me estoy rindiendo a ti?

En cuanto nuestras miradas se llegaron a unir, mis ojos se llenaron de lágrimas. Había esperado demasiado este momento, en el que fuera completamente feliz, donde no me sintiera capturada ni sola. Había luchado por estar aquí y ya no quería irme jamás.

— Tanto miedo al compromiso, pero eso cambió contigo. Now is see myself with kids, a house, a dog, but only with you.

Pero como escuché en algún sitio, al final de una caída siempre viene el impacto. Y temía que algún día el impacto fuera demasiado fuerte como para separarnos...

¿Será que tendremos nuestro final feliz o todo esto simplemente es una breve ilusión?

Blazing StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora