II

5 0 0
                                    

P.O.V.

Jade


El sonido de la cafetera al encenderse es lo único que rompe el pesado silencio de la mañana. Me muevo de forma casi mecánica, sin prisas, pero con una concentración tan fija que podría hacer todo a ciegas. El aroma a café empieza a llenar la cocina mientras preparo el desayuno. No tengo ganas de disfrutarlo, pero sé que es lo único que puedo hacer para comenzar el día.

A veces me pregunto qué fue lo que me trajo hasta aquí. No me refiero a ser stripper en un club lleno luces brillantes, sino a esta constante necesidad de mostrarme fuerte, irreductible. ¿Cuándo empecé a construir esta fachada? Esa que ya se volvió tan natural que ni siquiera tengo que esforzarme por mantenerla. Pero hoy, por alguna razón, esa pregunta queda suspendida en el aire mientras el café gotea lentamente en la taza.

El primer sorbo de café es amargo, pero es lo único que me conecta con la realidad por un momento. Mientras lo tomo, miro por la ventana. La luz del sol se filtra entre los edificios de la ciudad, pero mi mente está lejos, en otro lugar. En la calle, las personas caminan sin mirarse, como sombras que se cruzan sin dejar huella. Al igual que yo, la mayoría de la gente vive atrapada en sus propios mundos, sin saber lo que se esconde detrás de sus sonrisas, esas sonrisas falsas que todos compartimos.

Yo solía ser como todas esas personas. Una chica llena de sueños e ingenuidad, hasta que la vida me mostró su lado más oscuro. Me forjé un carácter impenetrable, una capa de dureza que me permitió sobrevivir, pero a veces siento el peso de esa coraza. Dentro de mí, sigo siendo esa chica vulnerable que teme a la soledad, a las pérdidas, a todo lo que podría desmoronarse si dejo que alguien me vea tal como soy realmente.

Después de vestirme para ir al trabajo en el club, me miro en el espejo. Mi cabello largo y rojo, mi piel ligeramente bronceada, la expresión desafiante en mis ojos. La misma Ramé que todos ven cuando subo al escenario, que se muestra sin remordimientos, con una sonrisa en los labios y una risa arrogante para todo aquel que se atreva a criticarme. Pero ese reflejo es solo eso: un reflejo. No soy la mujer que soñé ser ni la que quiero ser. Y aunque nunca lo admitiría, esa otra Jade, la verdadera, lucha por salir, por mostrar su verdadero yo.

Las luces del club brillan intensamente esta noche. Ya estoy acostumbrada al bullicio, al sonido de la música retumbando en mis oídos, al calor humano, a los hombres que me miran con ojos deseosos y a las miradas rápidas de las mujeres que, algunas me admiran, otras me odian. Nadie sabe lo que sucede detrás de la fachada. Nadie conoce a la Jade que se esconde entre bastidores. Nadie sabe que, cada noche, mientras bailo y sonrío, lo hago por alguien más.

El dinero, la fama momentánea, los lujos que me da mi vida como stripper... todo eso no significa nada cuando lo comparo con la vida de mi hermana, Melec. Ella es el verdadero motor de mi vida. Lo único que importa es ella, y el constante miedo de no ser suficiente, de no poder cubrir todos los tratamientos, de no encontrar una salida a esa espiral de gastos y sacrificios. Vivo bajo el peso de esa responsabilidad, y aunque a veces me refugio en la frialdad de mi trabajo, por dentro me siento profundamente insegura.

Cada vez que veo a Melec en el hospital, con esa mirada vacía y agotada de estar luchando contra una enfermedad que nadie entiende, me siento más desesperada. Lo he hecho todo por ella: bailé, trabajé horas extras, y seguiré haciéndolo, sin importar lo que la vida me arroje. Pero a veces, la soledad me desborda, y me encuentro deseando algo más. Quiero compartir mi vida con alguien, alguien que me vea más allá de la stripper, que no me juzgue, que me acepte tal como soy.

Esta noche, mientras me preparo para el espectáculo en el club, la imagen de aquel hombre vuelve a invadir mi mente. Me miró de una manera que me desconcertó. Con una intensidad que no estoy acostumbrada a ver. Era como si pudiera ver más allá de la fachada que construí con los años. Algo en su mirada alteró la calma que siempre mantengo. Algo en esa mirada me despojó de mi coraza, aunque solo haya sido por un momento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 08, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

RaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora