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Mihrimah salió al jardín con la pequeña Ayse, jugaba con su pequeña hija, la niña era muy risueña e inocente, verla a los ojos era como si viese a su madre, últimamente volvía a sentirse sola, su madre le hacia falta y aunque no quisiera admitirlo Nurbanu cuando estuvo junto a ella la hacia sentir plena y tranquila, lo único que agradecía era que ahora su hermano podía sentirse de esa forma.

Nurbanu llego por la tarde y la miro con una sonrisa "Sultana Mihrimah, si me lo permite hoy mi criada llevará a la sultana Ayse a los aposentos de Murad, programe entretenimiento para los pequeños, así podrá descansar esta noche" comento con una sonrisa.

Mihrimah le sonrió "Gracias Nurbanu" comento y beso la frente de su hija para después entregársela a la criada.

Nurbanu la miro de nuevo "Sultana, han preparado los baños para que se relaje" comento con tranquilidad.

Mihrimah volvió a sonreír y la miro tímidamente "Muchas gracias Nurbanu, tu siempre pensando en mi comodidad" comento con calidez.

"No es nada sultana, para mi es un placer atenderla y que pueda disfrutar de un merecido descanso" comento con una sonrisa.

~★~

Mihrimah entro a los aposentos y tomo su ropa para el baño, fue a ellos y tomo un baño relajante, al regresar a sus aposentos, se cepillaba su hermoso cabello castaño, su camisón color jade era perfecto, casi se amoldaba a su figura y resaltaba sus curvas, aunque ella solía usar camisones mas sueltos, este lo había usado por ser un regalo de Nurbanu.

Estaba concentrada pensando en que podría hacer cuando regresara, o en como hacer que su madre fuera a visitarla sin que llevará a Hatice, francamente quería toda su atención en ella y con Hatice sería difícil.

Necesitaba alguien con quien desahogarse, las cosas con Rüstem no iban bien, el no la miraba ni la tocaba por que ella no lo amaba y él no quería ser una carga pesada en el corazón de una mujer enamorada de otra persona, su hija fue el producto de la consumación de un matrimonio que se volvió la una ocasión en la que tuvieron intimidad pues el sabia que ella no lo quería del todo.

Estaba muy inmersa en sus pensamientos, las puertas se abrieron delicadamente.

Miro al espejo el reflejo de una mujer con antifaz caminando hacia ella con una sonrisa y una tela fina en las manos, se levanto y la miro con seriedad "¿Que deseas?" pregunto con firmeza.

La mujer no paro su caminar, ni tampoco contesto nada, Mihrimah camino hacia atrás alejándose un poco de la mujer, no llamo a los guardias ni a sus criadas que deberían estar fuera de los aposentos por que ese juego le gustaba, aunque no quería admitirlo, choco con el diván de sus aposentos obligándose a sentarse sin tener más camino por delante.

La mujer sonrió ante eso y puso la tela alrededor de sus ojos, delicadamente comenzó a dar vueltas a su alrededor pasando sus manos sobre los hombros de Mihrimah.

Mihrimah quería saber de que se trataba aquel juego, en el fondo lo sabía, pero necesitaba escucharlo, quizás Nurbanu se había vuelto loca y mando a una criada para ella entonces podría detenerla y enviarla de regreso de donde la mandaron pues no era algo que deseara demasiado, o posiblemente Rüstem había ido a buscarla y se le había ocurrido una forma creativa de reconciliarse y volver a estar juntos, eso tampoco le disgustaría.

"¿Quién eres, a que te enviaron, que quieres?" pregunto Mihrimah a la mujer.

Sintió como las manos delicadas de ella se posaron en sus hombros, la joven se acercó a los oídos de Mihrimah y casi en un susurro contesto "A ti" dijo seductoramente.

Mi Vida 2 (Mihrimah X Nurbanu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora