Mi Vida 2 (Mihrimah X Nurbanu)

VIII - mini

Por órdenes del sultán Hürrem tuvo que mantenerse junto a Mihrimah unos días igual que Hatice, las cosas no estarían bien en aquellos días pues todo el dolor que sentía el sultán se veía,

Las cosas cambiaron Hürrem estaba inquieta, Mihrimah pudo verla, y creía saber por qué, en los últimos días recibieron una carta, al parecer la sultana Fátima había ido a visitar a Bayezid, y eso solo podía ser una cosa, aquella mujer intentaría meter presión y enfrentaría a Bayezid con Selim, Mihrimah no podría soportar perder a otro hermano.

Después de que Hatice y Hürrem se fueron, Mihrimah y Nurbanu también fueron a la capital para estar un poco relajadas, aunque Mihrimah con la escusa de ver a su padre por los días difíciles que estaban pasando.

Pasaban sus días en el palacio dando vueltas por el jardín privado y jugueteando como si fueran unas adolescentes enamoradas, Esmehan llego al palacio, no sabían porque, pero no les daba buena espina que ella estuviese cerca, pero al final del día decidieron no darle importancia.

Mihrimah comenzó a enfermar, salieron manchas en su piel, nadie sabia que era, los doctores que la examinaban no sabían que tenía, un pasha llevo a un hombre en el que muchos confiaban porque tenía manos curativas.

Examino a Mihrimah, pero sus miradas iban mas haya de un simple chequeo, el la miraba con admiración, Nurbanu lo notaba, pero por la salud de Mihrimah no decía nada, le puso un ungüento que con el tiempo fue desapareciendo las manchas, Mihrimah estaba feliz.

El hombre comenzó a verla con otros ojos, el pasha que lo llevo lo dio como regalo para Mihrimah, el hombre le regalaba rosas a Mihrimah, ella lo veía de una manera inocente, sin embargó Nurbanu lo miraba distinto, comenzó a hacerse a un lado, quizás Mihrimah nunca estuvo completamente entregada a su relación y ahora había encontrado a alguien a quien podía amar de verdad.

Un día mientras paseaban por el jardín el hombre beso a Mihrimah sin que ella lo esperara y la acerco a su cuerpo como si ella fuera el amor de su vida, Nurbanu lo vio y su corazón se rompió en mil pedazos, aun guardaba la esperanza de que su imaginación le jugaba mal.

Mihrimah se separo del hombre y le dio una fuerte bofetada "Como te atreves a hacer algo así" comento muy enojada.

El hombre la miro con sorpresa "Sultana, no tiene por que reprimirse, yo se que puede ser difícil, pero usted me enamoro desde el primer momento, además usted es libre y yo soy su esclavo que tendría de malo está relación" comento con tranquilidad.

Mihrimah lo miro con enojo "Te has sobrepasado, agradece que no te mataré en este momento, vete no quiero verte" respondió con enojo.

El hombre se fue de regreso al lugar donde dormía y esperaría nuevas órdenes.

Mihrimah dio varias vueltas por el jardín sin saber que hacer ahora, después volvió a sus aposentos, ese hombre no podía quedarse y no le guardaría nada a Nurbanu, se lo diría por la mañana.

~★~

Temprano tomo un baño y se puso un hermoso vestido, salió a los aposentos de Nurbanu, antes de llegar paso a ver a Sümbül, le entrego un certificado de libertad y le pidió que llevara al hombre a un barco y que se asegurará de que esté se fuese sin mayor problema.

Sümbül asintió y fue para hacer lo que ella pidió, se acercó a los aposentos y entro, pero no había nada, Nurbanu no estaba, la cama estaba perfectamente acomodada y los armarios estaban vacíos.

Salió al harén y le pregunto a Afife que había pasado "Señorita Afife podrías decirme dónde está Nurbanu" pregunto algo confundida.

Afife la miro extrañada "La sultana Nurbanu partió muy temprano a Manisa" comento mirándola fijamente.

Mihrimah miro a Afife confundida "No dijo por qué se iba tan repentinamente" pregunto con curiosidad.

"No sultana, no dijo nada eso" comento con seriedad.

Mihrimah agradeció a Afife y fue a sus aposentos, había planeado viajar en dos días más, por qué Rüstem estaba con sus hijos y no podía quitárselos para seguir a Nurbanu por mucho que así lo deseará.

~★~

Estando en sus aposentos pensó en que podría haber pasado, entonces llego a su mente lo que pasó con aquel hombre, y si ella lo vio.

Eso podría haberla lastimado de esa manera y por ellos se habría ido tan repentinamente.

Se levantó de sus aposentos decidida a irse, pero se detuvo pues ella misma había acordado con Rüstem que los niños estarían con el al menos una semana, no podía hacer eso y tampoco podría irse dejando solos a sus hijos.

Así que solo le quedaba esperar unos días para que pudiera ir a verla y saber por qué se había ido tan repentinamente.