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Custard se encontraba vagando por los bosques de caramelo sin dirección alguna, su querido padre fue a buscar suministros para la semana, pero pasaron los minutos, las horas, los días y semanas y el nunca regreso. Custard tuvo que salir de su cabaña en busca de su padre y ahora se encontraba ahí, caminando en el bosque completamente solo, buscando cualquier pista, por pequeña que fuera.

Sin embargo lo que Custard se encontró no fue nada agradable, su padre estaba en un prado lleno de manzanares parecía que había estado recogiendo unas manzanas y otras frutas cuando algo lo aplastó, las migajas y el aroma tan penetrante de la jalea de fresa permeaba el aire. Custard se acercó al cuerpo moribundo de su padre e intento usar curación, tal y como su padre se lo había enseñado cientos de veces. Custard lanzo hechizo tras hechizo, unos tras otros sin parar, pero nada funcionaba, ni siquiera la magia curativa estaba tan avanzada como para poder revivir galletas pero a Custard no le importo, estaba desconsolado y no dejaba de usar su magia aún si ya no tenía fuerzas para más. ¿Qué haría sin su padre? Su papá quien lo crío desde que tiene memoria. Custard se recostó sobre el cuerpo de su padre a llorar sin saber que sus hechizos desenfrenados habían despertado algo terrible...

Dark Encantress Cookie estuvo en un limbo continuo entre la vida y la muerte durante generaciones. Su cuerpo retenido en una Gema de luna y su alma perdida en el abismo. Hasta que una pequeña luz lo saco de ahí, una luz tan desesperada por ayudar que sin querer le tendió la mano a la peor galleta posible.

Los fragmentos del alma de Dark Encantress estaban de regreso y se encontraron frente a frente con su liberador. Una galleta muy pequeña, no era nada más que un niño y ya estaba descubriendo la gran perdida y frialdad de la muerte. Se veía pequeño e indefenso su magia no fue capaz de traer de regreso a su padre pero si fue capaz de traerla de regreso. Fue entonces que Dark Encantress decidió que está galleta podría serle útil.

Se encontraba con la forma de su débil "yo" pasada pero eso solo le serviría como ventaja. WhiteLily se acercó a un desconsolado Custard y le dio un par de palmadas para que la notará.

"Yo, enserio lamento lo que pasó. Estaba recolectando unas flores cuando escuché el estruendo pero ya era demasiado tarde" las lágrimas recorrieron el rostro de la galleta mayor tratando de mostrar un falso arrepentimiento

-No, no yo- Yo debí estar aquí. Talvez podría haber ayudado o advertido

- ¿Tienes algún lugar donde te estés quedando? ¿O alguien que te cuide?

-N-No. Él era el único.

La cara de WhiteLily demostraba pena pero por dentro se regocija a de gusto. Esto sería más sencillo de lo que pensaba.

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Esto lo escribí en un rato de aburrimiento en el hospital publico de mi cuidad. Fue lo que alcance a escribir antes de que mi batería muriera y quería publicarlo

Si alguien le gusta la idea y quiere que la continúe solo coméntelo y deje una estrellita y veré a donde me lleva todo esto


¿Y si fuera distinto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora