1. Hush-a-bye, don't you cry...

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[ Suddenly, something has happened to me ]

Minghao se despertó en la madrugada, con un sudor frío recorriéndole el cuerpo, sujetando las sábanas con fuerza, con un brazo alrededor de su cintura que siguió rodeándolo a pesar de haberse enderezado de golpe.

Miró la habitación, reconociendo poco a poco las formas familiares. La luz de la luna llena entrando por el balcón con las cortinas abiertas y oscilando con la brisa nocturna. Todo estaba oscuro a su alrededor a excepción de esa plateada luz.

Estiró el brazo hacia la mesita de noche, donde encendió la lamparita para no molestar a su esposo a un lado, que dormía plácidamente aún.

La luz anaranjada también era poca, pues esa lámpara sólo iluminaba lo suficiente para leer desde su lado de la cama.

Minghao parpadeó varias veces. Había tenido una pesadilla. No era inusual en él, pues ya estaba acostumbrado a esas cosas.

Ni siquiera el atrapasueños que Mingyu le había regalado y que habían colgado encima de su cabecera podía alejar sus pesadillas. Ni siquiera la presencia de su pareja a un lado las espantaba.

Así que Minghao, que estaba incluso acostumbrado a ellas, decidió calmarse hasta que se fueran de su memoria, hasta tranquilizar su ritmo cardíaco y su respiración.

Pero esa pesadilla fue bastante peculiar.

Soñó que algo malo le pasaba a su hijo. Un accidente y una noticia que lo congeló en su lugar y que le desgarró el alma completamente. Se despertó bastante asustado, buscando a su alrededor con desesperación, sólo para recordar que él no tenía hijos.

Cómo omega que era, ese tipo de miedo le pegaba con fuerza. El hecho de que algún día fuera capaz de concebir, el tener a un niño dentro de él y luego, en sus brazos, para después temer porque algo le pasara... Ese sentimiento nunca había sido tan fuerte como en su pesadilla. Se había sentido muy real.

Fue extraño para él.

Y tal vez su propia perturbación fue tanta, que Mingyu a su lado se removió, abriendo los ojos muy apenas, aún con un brazo alrededor de la cintura estrecha de su esposo.

—Hey, estás despierto... ¿Qué horas son? —preguntó con voz ronca y ojos entrecerrados.

Minghao miró a la mesita de noche donde estaba el despertador que marcaba las 2:34 de la madrugada.

—Aún tenemos tiempo para dormir, es sólo que tuve una pesadilla, perdón.

Mingyu hizo un puchero, notando que el aroma de Minghao estaba perturbado y liberando feromonas de estrés. En respuesta, envió sus propias feromonas para cubrir el ambiente con su aroma protector y tranquilizar a su pareja.

—¿Mi bonito Hao tuvo otra pesadilla?

El omega sonrió suavemente, con una mano removiendo los cabellos oscuros de la frente de su guapo esposo.

—Así es... Ya sabes cómo está la cosa.

Mingyu comenzó a jalarlo hacia él y Minghao cedió, siendo envuelto por los brazos del alfa, con su cabeza recargada en el pecho fornido, escuchando su corazón de cerca, que lo tranquilizó de inmediato.

El aroma tan único de su esposo, envolviéndolo con cariño. La esencia del pino combinada con el chocolate y la leña apagada después de arder toda la noche, en una mañana de abril.

—¿Quieres hablar de eso? —preguntó, pasando su mano de arriba a abajo por el brazo del omega, buscando reconfortarlo.

Minghao negó con la cabeza. En realidad había sido más la sensación de pérdida, el miedo inexplicable de que algo le pasara a su hijo, lo que le había asustado, a pesar de no tener realmente alguno.

Animal Instinct (GyuHao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora