2. Go to sleep my little baby

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[ Do you know you made me die? ]

De nuevo se levantó temprano, con náuseas insoportables, casi corriendo al baño.

Rodillas desnudas directamente sobre el piso. Inclinado hacia delante con una mano en el vientre que poco a poco iba cambiando.

Sin embargo, cuando se puso de pie para lavarse la cara, después de secarse el rostro, a través del espejo vio a Mingyu recargado en el marco de la puerta, con gesto preocupado.

Siempre era lo mismo.

Terminaba de vomitar y ahí estaba su esposo, esperándolo. Sin dejarlo salir del baño sin que antes le diera un abrazo.

Porque sabía que no podía hacer nada para quitar esas incomodidades comunes del embarazo, pero quería que su esposo supiera que estaba ahí para él.

Para apoyarlo en todo, porque era la familia que ambos formarían.

Llegó su desayuno compartido, donde Minghao se limitó a comer un cereal con leche de soya para tomarse las vitaminas que el médico le había prescrito para el embarazo y Mingyu comió su usual desayuno pesado, al cual se esposo siempre le hacía mala cara.

—¿Qué? ¿No le gusta al bebé? —preguntó, rompiendo la yema del huevo estrellado para que escurriera sobre la clara.

Pero eso no era lo que le preocupaba a Minghao. Al contrario, el olor a tocino le removía la tripa con cierto antojo y eso era algo que quería evitar, porque Minghao era vegano estricto.

Así que Mingyu comía su desayuno grasiento y Minghao, como buen monje, soportaba la tortura de probar.

—Por cierto, mi mamá me mandó mensaje hace rato y me enseñó como siete diseños de calcetitas para bebés. Está muy emocionada y ya se puso a tejer todo lo posible —dijo el alfa, bebiendo su jugo de naranja.

Minghao sonrió con cariño ante su suegra. En realidad, todos estaban emocionados. Los padres de Mingyu y sus propios padres que viajarían desde China para visitarlos.

—Lo sé, lo sé, mamá Kim de verdad ya quiere ser abuela —respondió, poniéndose de pie para dejar su cereal sin acabar en el lavatrastes.

Se recargó en la encimera y miró a través de la ventana.

—Gyu... —llamó a su esposo con una voz suave, viendo la ciudad y los edificios altos que rodeaban su departamento.

—¿Mmmh?

—Creo que es momento de buscar una casa a dónde mudarnos... Es decir, nuestro bebé necesita su espacio, un cuarto para cuando pueda quedarse en él. Y Kermit también necesita un patio para correr y no tirar las cosas por doquier como el torpe de su dueño.

—¡Hey!

Minghao rió suavemente ante la queja. Después escuchó el movimiento de los platos, que Mingyu dejó en el lavatrastes, y a continuación, aquel aroma masculino y firme lo envolvió de inmediato.

Unos brazos lo rodearon de la estrecha cintura, hasta que unas manos se posaron en su vientre sobre la camisa de seda de su pijama. Aunque Minghao seguía siendo muy delgado y su abdomen apenas mostraba cambios.

Mingyu recargó su barbilla en el hombro del omega y cerró sus ojos, disfrutando de su cercanía.

—Estoy de acuerdo con todo, menos en la parte en la que me llamaste torpe.

Minghao volvió a reír, dejando libre su cuello cuando Mingyu pasó su nariz por el lugar en donde estaba la marca de su mordida.

De donde provenía el aroma dulce y fresco de Minghao, como las rosas bañadas en miel.

Animal Instinct (GyuHao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora