La Navidad 2020

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La primera nevada del invierno había cubierto Atlanta con una capa blanca y brillante, reflejando las luces navideñas que adornaban cada casa del vecindario. Era la primera Navidad que Alejandra pasaba sin sus padres, y aunque la tristeza seguía presente, su abuelo había hecho todo lo posible para mantener el espíritu festivo.

El aroma a pino fresco llenaba la sala de estar, donde un árbol decorado con esmero se alzaba en una esquina. Alejandra se encontraba sentada junto a la chimenea, observando las llamas danzar mientras abrazaba a su perro, Max. A su lado, su abuelo sostenía un paquete envuelto en papel brillante, con una sonrisa cálida en su rostro.

"Feliz Navidad, Alejandra," dijo su abuelo, entregándole el paquete. "Este es un regalo muy especial. Ha estado en nuestra familia durante mucho tiempo."

Alejandra tomó el paquete con curiosidad y comenzó a desenvolverlo. Sus manos temblaban ligeramente, no solo por la emoción del momento, sino también por la mezcla de sentimientos que la Navidad traía consigo. Al abrir el paquete, descubrió un reloj antiguo, bellamente ornamentado con grabados intrincados y una correa de cuero desgastada por el tiempo.

"Es precioso, abuelo," dijo Alejandra, examinando el reloj. "¿Pero por qué es tan especial?"

Su abuelo se inclinó hacia adelante, sus ojos brillando con un destello de misterio. "Este reloj tiene propiedades mágicas. Puede llevarte a cualquier año, época o lugar si dices las palabras correctas."

Alejandra levantó una ceja, incrédula. "¿De verdad? ¿Y qué tengo que decir? ¿Ábrete sésamo?"

Su abuelo rió suavemente. "No exactamente. Debes descubrir las palabras por ti misma. Pero recuerda, Alejandra, ten mucho cuidado con lo que deseas. Este reloj tiene el poder de cambiar tu vida de maneras que no puedes imaginar."

Alejandra asintió, aunque no estaba del todo convencida. Guardó el reloj en su bolsillo, pensando que era simplemente una hermosa reliquia familiar. Esa noche, mientras se preparaba para dormir, no pudo evitar preguntarse si había algo de verdad en la historia de su abuelo.

Los días siguientes pasaron rápidamente. Alejandra pasó tiempo con sus amigos Christian, Ismael y Stephanie, disfrutando de las vacaciones de invierno. Una tarde, mientras estaban en su casa, Alejandra sacó el reloj y lo mostró a sus amigos.

"Mi abuelo dice que este reloj es mágico," dijo, girando la esfera con curiosidad. "¿Qué creen ustedes?"

"Tal vez deberías intentar decir algo como 'Llévame a otro tiempo'," sugirió Stephanie con una sonrisa.

"¿Y si terminamos en la Edad Media o algo así?" dijo Ismael, fingiendo miedo.

Christian, siempre el más serio del grupo, se encogió de hombros. "Solo hay una manera de averiguarlo."

Alejandra miró el reloj, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. "Está bien, pero todos debemos estar preparados para lo que sea que pase."

Con un profundo suspiro, cerró los ojos y susurró, "Llévame a otro tiempo."

Un destello de luz envolvió la habitación y, en un abrir y cerrar de ojos, Alejandra se encontró en un lugar completamente diferente. Estaba en una calle empedrada, rodeada de personas vestidas con ropas de otra época. Miró a su alrededor, atónita.

"¡Funcionó!" gritó Stephanie, apareciendo a su lado junto con Christian e Ismael.

"¿Dónde estamos?" preguntó Ismael, mirando con asombro los edificios antiguos que los rodeaban.

"Creo que hemos viajado en el tiempo," dijo Alejandra, sintiendo una mezcla de euforia y temor. "Debemos descubrir dónde y cuándo estamos, y luego encontrar la manera de regresar."

Alejandra y El Reloj MágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora