Alejandra y El Reloj Mágico

Los Ángeles De La Guarda

Después de la revelación de que su abuelo era un ángel guardián, Alejandra se sintió aliviada y fortalecida. Sin embargo, había algo en su corazón que le hacía cuestionar la verdadera naturaleza de sus amigos. ¿Cómo habían sido capaces de apoyarla con tanta fuerza y determinación?

Esa noche, mientras el reloj permanecía en silencio sobre la mesa, Alejandra sintió una presencia familiar en la habitación. Sus tres amigos, Christian, Ismael y Stephanie estaban con ella. Había algo diferente en ellos, una luz sutil que parecía brillar a través de sus formas.

Alejandra los miró con curiosidad y, antes de que pudiera decir algo, los amigos comenzaron a hablar al unísono.

"Alejandra, hay algo que necesitamos decirte," comenzó Christian, su voz resonando con una calidad etérea. "Nosotros también somos ángeles, enviados para guiarte y protegerte durante tu misión."

Alejandra se quedó atónita, sus ojos se llenaron de asombro. "¿Ángeles? ¿Cómo es posible?"

Stephanie, con una sonrisa serena, continuó: "Desde el momento en que nos conocimos, estábamos destinados a ser tus compañeros en esta misión. Cada uno de nosotros tiene un propósito específico en tu vida y en la protección del equilibrio del tiempo."

Ismael asintió, su presencia irradiando una luz cálida. "Nuestros caminos se cruzaron contigo porque nuestras almas estaban ligadas por el destino. Te hemos guiado, te hemos apoyado y te hemos ayudado a enfrentar los desafíos porque era nuestra misión divina."

Alejandra sintió una mezcla de sorpresa y gratitud. "Entonces, ¿todo lo que hemos pasado juntos, todo lo que hemos enfrentado, ha sido parte de un plan mayor?"

"Así es," dijo Christian. "Nuestro propósito era prepararte y ayudarte a descubrir el verdadero poder del reloj, y cómo usarlo con sabiduría y amor."

Los amigos comenzaron a revelar detalles de su verdadera naturaleza. Cada uno tenía un papel especial en el equilibrio del tiempo:

Christian era el ángel de la sabiduría, guiando a Alejandra con conocimiento y claridad en momentos de duda. Stephanie era el ángel de la compasión, brindándole consuelo y apoyo emocional cuando más lo necesitaba. Ismael era el ángel de la fortaleza, dándole valor y resistencia para enfrentar los desafíos más difíciles.

Alejandra se sintió abrumada por la revelación, pero también comprendió la profundidad de la conexión que compartían. "Me alegra saber que no estaba sola en esto, y que tenía a mis amigos cuidándome de una manera tan especial."

"Siempre has tenido un propósito mayor, Alejandra," dijo Stephanie. "Nuestro trabajo era prepararte para asumir ese propósito con amor y sabiduría."

Los ángeles explicaron que, aunque su misión como guardianes había llegado a su fin, seguirían presentes en espíritu, guiándola desde el más allá. "Podemos no estar físicamente contigo en todo momento, pero nuestra luz y guía siempre estarán contigo," dijo Ismael.

Alejandra se sintió emocionada y agradecida. "Gracias por todo lo que han hecho por mí. No podría haber logrado esto sin su apoyo."

"Es un honor haber sido parte de tu viaje," dijo Christian con una sonrisa. "Y recuerda, el verdadero poder del reloj no está en su capacidad de viajar a través del tiempo, sino en el amor y la sabiduría que has aprendido y compartido."

Con esas palabras, los amigos-ángeles comenzaron a desvanecerse, dejando tras de sí una sensación de paz y amor en la habitación. Alejandra sintió una calidez en su corazón y una profunda conexión con sus amigos y su abuelo.

Con la comprensión de que sus amigos eran ángeles y que su abuelo había sido un guardián celestial, Alejandra se sintió lista para enfrentar cualquier desafío futuro con la certeza de que siempre estaría respaldada por una guía amorosa y divina.

Con una nueva perspectiva, Alejandra miró el reloj mágico y sonrió. Sabía que su misión estaba completa, pero su viaje de crecimiento y comprensión apenas comenzaba. Con la luz de sus amigos y la sabiduría de su abuelo guiándola, estaba lista para enfrentar cualquier nuevo capítulo en su vida.