El Dia Del Accidente

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El peso del artefacto antiguo parecía más ligero en las manos de Alejandra que el peso de la culpa y el dolor que sentía. Aunque había enfrentado muchos desafíos y peligros con sus amigos, había algo que la atormentaba y que no podía compartir completamente con ellos: el día del accidente de sus padres.

"Debo hacerlo," murmuró para sí misma, sosteniendo el reloj. "Debo ver qué pasó realmente."

Sus amigos estaban ocupados con la investigación del artefacto y la preparación para su próxima aventura. Alejandra decidió que necesitaba entender el pasado de una manera que solo ella podía hacer. Activó el reloj y se preparó para el viaje más difícil de todos.

La habitación se desvaneció alrededor de ella y, cuando el mundo se estabilizó, se encontró de vuelta en el invierno de 2019. Era la misma Navidad que recordaba: la atmósfera festiva en las calles de Atlanta, el frío en el aire y las luces brillantes adornando las casas.

Alejandra se dirigió hacia el lugar donde el accidente ocurrió, el lugar que había intentado evitar durante tanto tiempo. En su corazón, sentía una mezcla de anticipación y temor. El reloj era su guía y su protección, pero el dolor de ver ese día otra vez era real.

Llegó a la escena del accidente y se ocultó entre los árboles cercanos. Vio el automóvil de sus padres estacionado en la misma helada noche de diciembre. Sus recuerdos se volvieron más vívidos, y el helado que había disfrutado ese día se convirtió en una imagen clara en su mente.

Desde su escondite, observó la escena tal como la recordaba: el automóvil de sus padres, la nieve cayendo lentamente y las luces de los otros vehículos que se acercaban. Su corazón se aceleró al ver a sus padres, todavía tan vivos en su mente, disfrutando del helado juntos, ajenos a lo que estaba por suceder.

De repente, el momento de la tragedia comenzó a desarrollarse. Alejandra vio el coche que se aproximaba a gran velocidad. Su mente gritaba, tratando de advertir a sus padres, pero sabía que no podía intervenir. Era un espectador en su propia tragedia.

El coche se estrelló contra el vehículo de sus padres, y la escena se llenó de caos y desesperación. Alejandra sintió que su pecho se apretaba mientras veía el impacto y el dolor. Los gritos de los otros conductores y los sonidos de las sirenas de emergencia comenzaron a llenar el aire.

Alejandra se acercó al automóvil de sus padres, tratando de entender mejor lo que había sucedido. La escena era como un sueño horrible del que no podía despertar. Vio a sus padres, heridos pero conscientes, y pudo escuchar sus últimas palabras de amor y consuelo.

En ese momento, algo cambió. Una figura oscura apareció en el borde de la escena, observando el accidente con una expresión de satisfacción fría. Alejandra se dio cuenta de que esta figura no formaba parte del recuerdo. Era algo nuevo y perturbador.

La figura oscura se volvió hacia Alejandra y la miró con ojos sin vida. "¿Qué haces aquí?" la figura preguntó con una voz susurrante. "No te pertenece este lugar."

Alejandra retrocedió, aterrorizada. "¿Quién eres tú?"

"Soy un guardián del equilibrio," respondió la figura. "El destino tiene sus propios caminos, y tu presencia aquí podría alterarlo. Debes regresar antes de que sea demasiado tarde."

Alejandra miró la escena una vez más, su corazón rompiéndose al ver la tragedia que no podía cambiar. Pero sabía que no podía quedarse. La figura era una advertencia de que su intervención podría tener consecuencias devastadoras.

Activó el reloj y, mientras la escena se desvanecía, se sintió abrumada por la tristeza y la comprensión. Había visto la verdad de ese día, pero también había aprendido que el equilibrio del tiempo no debía ser alterado. La figura oscura había sido un recordatorio sombrío de las fuerzas que trabajaban para proteger el flujo del tiempo y evitar cambios drásticos.

De vuelta en su tiempo, Alejandra se desplomó en el suelo, llorando en silencio. La experiencia había sido dolorosa, pero también esclarecedora. Ahora entendía que su sufrimiento no podía cambiar el pasado, pero podía aceptar y honrar la memoria de sus padres de una manera diferente.

Sus amigos notaron su angustia y se acercaron con preocupación. "¿Estás bien, Alejandra?" preguntó Stephanie, su voz llena de preocupación.

Alejandra se levantó lentamente y les sonrió a través de sus lágrimas. "He visto lo que necesitaba ver. El pasado no se puede cambiar, pero podemos aprender de él y seguir adelante."

"Lo que has hecho es muy valiente," dijo Christian. "Estamos aquí para ti, pase lo que pase."

Alejandra asintió y se abrazó a sus amigos. Sabía que no podía cambiar lo que había pasado, pero podía encontrar la fuerza en el presente y el futuro. Con la comprensión que había ganado, estaba lista para enfrentar los desafíos que aún quedaban por delante.

El reloj seguía siendo un poderoso símbolo de las aventuras y lecciones que Alejandra había vivido. Sabía que, aunque el pasado no podía ser alterado, el futuro estaba lleno de posibilidades para aquellos que estaban dispuestos a enfrentarlo con valentía y amor.

Alejandra y El Reloj MágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora