Capítulo 4

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—¿Por qué empezaste a cortar?—.

—No lo sé —dijo Harry irritado mientras miraba no tan sutilmente a la medi-bruja o lo que fuera.—¿Ni idea? ¿Un día simplemente tomaste un cuchillo y eso fue todo?—.

—Tijeras —murmuró Harry. —Un cuchillo no, unas tijeras—.

—Sin embargo, usaste un cuchillo durante tu recaída —afirmó ella más que preguntó.

Harry se movió en el sofá, acercando el brazo vendado contra su pecho. De forma protectora. A la defensiva. —Era la única opción disponible. Severus me desterró las tijeras cuando me atrapó el año pasado—.

—¿Y qué te parece eso?—.

Harry resistió el impulso de gemir. ¿Iba a preguntarle ahora por su madre? ¿Su madre muerta contribuía a sus problemas? —Como si fuera un niño en el que no se puede confiar. Severus incluso ha puesto la casa a prueba de bebés—.

—¿No tienes una gran sensación de pérdida al pensar en tus tijeras?—.

Harry se mordió el labio. —Bueno... sí—.

La terapeuta descruzó y volvió a cruzar las piernas. —¿Qué crees que tiene esa herramienta en particular que te hace sentir apegado?—.

Harry se sentó de nuevo en el sofá, pensando. Realmente no estaba seguro. Al principio, le había parecido que funcionaría. Pero luego, todo lo demás que había probado no le servía. Hasta el cuchillo de la otra noche... pensó distraídamente, acercando su brazo.

—Es lo único que había usado realmente —dijo finalmente. —Yo... lo llevaba conmigo a todas partes en la escuela primaria y lo guardaba en mi baúl en Hogwarts—.

—Y por eso se siente como un viejo amigo —ofreció el terapeuta con suavidad. Harry asintió.

—¿Sientes algún resentimiento hacia tu tutor por haberlo destruido?—.

—En realidad no —dijo Harry con sinceridad. —Yo le pedí que lo hiciera—.

Ella parpadeó, pareciendo sorprendida. —¿Lo hiciste?—.

—Sí... tuvo que quitármelo y yo... sabía que si sabía que lo tenía, probablemente haría todo lo posible por recuperarlo—.

—Y entonces, hiciste gala de un gran autocontrol para evitar que eso ocurriera—.

—Sí —dijo Harry, sintiéndose un poco orgulloso de sí mismo. —Supongo que lo hice—.

~~•~~

—¿Cómo fue tu sesión? —preguntó Severus.

—Ha ido bien —dijo Harry brevemente.

~~•~~

—Háblame de tu familia —preguntó la terapeuta, cuyo nombre había aprendido que era Claire.

—¿Familia? —preguntó Harry sin comprender. —Mis padres murieron cuando yo era un bebé—.

—Me refiero a tus tíos, a la gente con la que creciste—.

Harry se encogió de hombros, llevándose los brazos al pecho de nuevo. Éste ya no estaba vendado, pero grandes y feas cicatrices se escondían bajo las mangas. —No hay mucho que contar—.

—¿Estás seguro de eso? —preguntó Claire en voz baja.

Harry se quedó mirando sus vaqueros por un momento, contemplando. —Me hicieron dormir en un armario —dijo después de un rato.

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