Capítulo 1: Un nuevo comienzo.

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Daphne.


Me encontraba de pie frente a la que alguna vez fue mi casa. Estaba a punto de mudarme, tenía que decir adiós a mi casa, mis amigos, mi escuela y mi vida. Vivía en esta ciudad, en este vecindario desde que había nacido, no quería irme. Yo vivo con mis padres, mi hermana y mi abuela. Todo comenzó desde que mi hermana menor, Elizabeth empezó a ser acosada por sus compañeros, teníamos la esperanza que al hablar con las autoridades todo terminara, pero no fue así y todo empeoró. Empezó afectar mi vida, la de mis padres, y tomamos la decisión de mudarnos donde absolutamente nadie nos conociera para empezar de cero con nuestras vidas.

 Los edificios empezaron a desaparecer, la cantidad de autos iba disminuyendo y finalmente solo podía ver por la ventana bosques y campos, se habían tomado muy literal lo de ir a un lugar remoto. No dije ni una sola palabra en todo el extenso viaje. Luego de seis horas llegamos al nuevo pueblo que sería mi hogar: Stormy

.-Daphne, cariño, ¿Qué te parece la nueva casa?-dijo mi madre bastante emocionada. La casa era bonita, se veía bastante grande, había grandes ventanas, estaba pintada de un amarillo muy claro con un lindo Porsche. A mi derecha, podía ver la casa vecina, una hermosa casa, una mansión diría yo. Realmente era hermosa, y grande. Pero algo me llamó la atención. Esa casa tenía un jardín de rosas, ese jardín conectaba con el nuestro, eran rosas blancas, pero si alejabas la mirada podías ver que las flores se alternaban y ya no eran blancas, sino rojas, un hermoso color.

-Me parece muy bonita-me limité a decir. La abuela Abby se bajaba del auto, ya tenía una edad muy avanzada. Miraba hacía todos lados parecía preocupada o asustada.

-No me gusta este lugar, no nos traerá nada bueno, escuchen a esta vieja loca.- fuí abrazarla, la apreté hacía mi cuerpo con delicadeza.

-No te preocupes Abby, todo estará bien. A mí también me asusta lo nuevo.

Mi madre miró la hora en su teléfono, eran las 19:34. El camión de mudanzas estaciono y empezamos a bajar las cajas, los muebles y los fuimos acomodando dentro de la casa. Solo me faltaban dos cajas, cuando fuí a buscarlas pude ver que En la calle caminaba un chico, era alto de 1,90 más o menos, un cabello negro muy desordenado, era muy atractivo pude notar que tenía un ojo verde, pero el otro era rojo. No podía dejar de mirarlo, él me había pasado de largo. No sé si él sintió mi mirada o simplemente quiso darse la vuelta, y empezó a dirigirse hacia donde me encontraba con una gran sonrisa

.-Son los nuevos, había escuchado que llegarían hoy. Soy Balaam, bienvenidos a Stormy. - dijo de una manera muy amable mientras extendía su mano para saludarme.

-Nunca había conocido a nadie con tal nombre. Soy Daphne.

-Sí ja, ja, ja, no es un nombre muy común- luego señaló las cajas y me pregunto si necesitaba ayuda para llevarlas, le dije que no era necesario, pero insistió.

-¿Aquí están bien?- pregunto mientas las dejaba en las escaleras. Mi padre bajaba las escaleras junto a mi madre.

-Ellos son mis padres, ....... y ......

-¡Hola! Soy dijo mi madre, ella era una persona muy amable.

- Yo soy Balaam, su nuevo vecino. Conocí a Daphne hace unos cinco minutos, estaba trayendo unas cajas y le ofrecí mi ayuda.

-Ya veo, muchas gracias por ayudar a mi hija, soy Frank- dijo mi padre mientras extendía su mano hacia la de Balaam para darse un fuerte apretón de manos.

-No fue nada señor, pero ya debo irme. Fue un placer conocerlos, si necesitan algo pueden pedírmelo a mí o a mi familia.

-Lo tendremos en cuenta- dijo mi madre.

Juegos mentales y el jardín de rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora