«C a p í t u l o O c h o»

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El calor que lo envolvía era un sensación inexplicable, se sentía chiquito entre aquellos brazos pero también muy querido y protegido, no solo era gratificante se sentía correcto.

El suave movimiento del pecho donde descansaba, provocado por la respiración acompasada, la suavidad de las caricias en su cuero cabelludo y el dulce olor que la piel pálida desprendía era como sentirse en casa y lo estaba disfrutando tanto que podría quedarse dormido en ese estado de serenidad que el Herrero le otorgaba con su sola presencia.

Sin embargo los suaves murmullos de las voces de Hoseok y Jungkook no le permitían sucumbir al mundo de los sueños pues estos mantenían una conversación con Yoongi sobre lo ocurrido antes del incidente.

Otro motivo que mantenía a Jimin alerta pues aún si se encontraba tan relajado abrazando el torso del mayor y en complemento silencio aun estaba conmocionado por todo lo sucedido, manteniendo esa espinilla de terror de quedarse dormido y no tener al Herrero a su lado.

No tenerlo vivo, a su lado.

Sus ojos subieron hasta el rostro del joven de hebras lilas, encontrándose con ese par de ojos pequeños pero llenos de vida que le miraban con tanto amor que no necesito más para soltar un suspiro que causo una sonrisa en el mayor.

-Jiminnie, nosotros nos vamos- escucho a su castaño amigo hablarle sin embargo sus ojos no dejaban de observar los de Yoongi, detallando el lila en ellos, los pequeños destellos en un bonito almendra- deja de ignorarnos pequeño duend...

El menor fue callado por los labios de Taehyung quien al separse le sonrió y nego con la cabeza, arrastrandolo fuera del Taller para dejar solos a los mayores, miro a Hoseok en un pedido silencioso para que los acompañará recibiendo un puchero por parte del azabache pero aún así siguiendo a la pareja afuera.

-¿Como has estado, Minnie?- una vez solos el mayor rompió aquel silencio tan cómodo entre ambos para poder hablar de todo.

-Lo siento- fue lo primero que expresó el doncel, tomando entre sus manos el rostro del Herrero, acariciando con los pulgares los pómulos marcados en sus mejillas -lo siento-.

Nuevamente los ojos del pelirrojo brillaron por las lágrimas que amenazaban con desbordarse por su rostro, con suavidad Yoongi dejo un beso en la punta de la pequeña nariz del menor sonriendole bonito.

-Las consecuencias de mis decisiones no tienen porque atormentarte- junto su frente con la de Jimin, mientras esté daba una negativa.

-No, no, no- continúo negando el pelirrojo con la voz tan bajita que Yoongi a penas y logro escucharle -te pido perdón, por... por irme así-.

El Herrero cerró los ojos conmovido por las palabras del doncel, si bien desconocía el por qué Jimin actuó como lo hizo, jamás le pasó por la mente precionar al menor a darle una explicación aún cuando fácilmente podría buscarlo en su florería, pues para Min era más importante darle al menor un motivo para ser feliz.

-Minnie, no se qué sucedió ese día y tampoco quiero forzarlo- bajo el tono de su voz provocando que esta sonará más ronca haciendo temblar al menor -cuando te sienta-.

Sus palabras fueron interrumpidas por el menor aferrándose a su cuello -Quiero decírtelo, necesito hacerlo porque si no lo hago, te voy a perder una vez más- solto con un sollozo ahogado en el cuello del mayor.

-Esta bien, te escucho- separó con cuidado del cuerpo del doncel para mirarlo a los ojos limpiando las lágrimas que manchaban sus mejillas -pero primero voy a aclararte que no me vas a perder ni hoy ni nunca porque una parte de mi, vivirá contigo.

Ambos se sonrieron y acomodaron mejor sobre la pequeña cama, estando muy juntos, acariciando sus manos en un consuelo mutuo pues Jimin necesitaba la fuerza para abrir las heridas del pasado y Yoongi debía mantener la calma para sostener al doncel de aquello que tanto daño le había causado.

HERRERO DE CORAZONES    | Yoonmin ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora