Él Es Mío [ᴰᵉᵏᵘᵏᵃᵗˢᵘᶠᵉᵐ]

💥Round Three💥

Los siguientes días fueron realmente difíciles para Bakugo, tener que controlarse para no tirarse sobre Uraraka y jalarle las greñas para alejarla de Izuku la desgastaba.

Y es que la muy maldita ha echo de todo para restrear sus tetas en el cuerpo de Izuku de una u otra manera.

En clase de deportes, en cualquier ejercicio ella "accidentalmente" caía hacia Deku y este, ingenuo la ayudaba para que no llegara hasta el suelo; la maldita perra llegó al punto de "lastimarse" un tobillo para que Deku la cargara hasta la enfermería, plan que le resultó un éxito.

Había visto a Izuku cargar a Uraraka a estilo princesa.... esperen ¿Deku? ¿Ese Nerd flacucho con brazos de espagueti está cargando a la gorda en brazos sin romperse? ¿Cuando demonios había comenzado a hacer ejercicio? ¿Desde cuándo tenía esos... brazotes? Jodidamemte sexy se miraba el desgraciado, flexionando los de esa manera..... cargando a... a.... ¡Dios, maldita gorda!

No tiene la menor idea de cuánto la envidia ahora.

Totalmente furiosa caminó a paso rápido hasta los vestidores y cerró la puerta, azotamdola lo más fuerte que pudo. Necesitaba golpear algo para desestresarse, sacar atención o... solo llorar por que se siente impotente.

¿A Deku le gustaran las chicas tiernas? Sí ¿a que chico le gusta una chica que es más fuerte que él? ¿Quien soportaría un carácter de mierda como el de ella? Exacto: nadie.

Se sentó en uno de los bancos más cercanos y apoyo suscodos en sus piernas, cubriendo su rostro y dejando escapar una que otra lagrimilla traicionera.

Entre lamentos escuchó como la puerta de los vestidores fue abierta y ella de inmediato se puso de pie, limpiando lo más que pudo su rostro.

–¡Bakugo! Te fuiste sin decir nada y... ¿qué tienes?– quien había entrado era Mina y en seguida de ella venía Denki. Ambas preocupadas al ver que su amiga lo volvía fueron a buscarla y la pelirrosa se alteró cuando la miró limpiar su rostro con rapidez. Así que corrió de inmediato a su lado.

–No seas tan escandalosa, estoy bien– dice tratando de apartarla, pero Ashido la abrazaba con fuerza y lloriqueaba diciéndole que eran amigas y estaban para ayudarlas.

Bakugo agradecía eso, pero no podía contarles; no todavía.

–Pero si estás bien ¿verdad?– pregunta una preocupada Kaminari y Katsuki rueda los ojos.

–Si lo estoy, solo no dormí bien– da la escusa más estúpida que se le viene a la mente, pero de hecho no fue por completo una mentira.

–Ay Bakuguis ¿te dormiste después de las ocho? Recuerda que es malo no dormir tus horas. Te vas a amargar más– bromea la rubia del Rayo teñido y a Katsuki parece sobresalirle una venita en la frente del coraje.

–Me estoy arrepintiendo de dejarlas acercarse a mi– dice por fin separando Ashido de ella; obviamente no lo decía en serio y sus amigas lo sabían.