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El moreno recogió a la joven que había caído desplomada al suelo antes de que se diera cuenta, la levantó con mucho cuidado y la miró tristemente, acarició su cara con timidez y le dio un beso en la frente para comprobar su temperatura.

-No tiene fiebre, conociéndola lleva sin comer suficiente tiempo. -Ekko comenzó a andar hacia el árbol para subir a Jinx a donde él dormia- la dejaremos allí y cuando despierte le daré algo para comer.

-Ekko, ¿de verdad quieres tener un hijo? digo en las condiciones que está Zaun esperaba todo menos eso de ti que eres tan responsable- preguntó Scar un tanto preocupado y confundido.

-Dios, no. No quiero tener un hijo en esta situación, pero sabes que en Zaun terminar un embarazo es muy difícil, y más a esta altura. Y no la voy a llevar a Piltover, se la llevarían, y aunque no me haga gracia la sigo amando y sí pienso que sería dulce tener una familia con ella. -sonrió de lado.

-Es peligrosa.

-Sé que puedo alcanzar a Powder ahora que Silco no está, y ella no lo es.- acarició la cara de la muchacha. Ekko recordó su primer encuentro con Jinx después de la pelea en el puente.

....

La chica había bajado a Zaun cansada de su propia vida, sus venas palpitaban con el shimmer, la cabeza le dolía como si le estuviesen taladrando y esta no se callaba. "quiero descansar, un poco" la soledad la consumía, no tenía a nadie.

"Ya si que no tienes a nadie ja la has cagado como siempre haces" oyó a Mylo.

"Mylo no estoy de humor para tus gilipolleces" le respondió a la voz en su cabeza. Cuando pensó en la persona que había tenido piedad por ella. "Ja, él no me querrá ni ver, pero quizás agradece que estoy viva, debería ir a saludar" sonrió débilmente.

Sin cuidado alguno bajó a el lugar de los firelights y tocó la puerta violentamente con toda la energía que le quedaba. Un hombre enfadado de grandes orejas abrió, era Scar.

-Hola, amigo...¿puedo ver a Ekko?-preguntó cómicamente.

Scar mostró un rostro hostil hasta que el moreno, que estaba manipulando trastos con heimerdinger se dio cuenta de la situación.

-Scar, ¿qué pasa?- se acercó a su socio preocupado.

-Que qué pasa, paso yo. Hola chico salvador. -sonrió sarcásticamente. -¿me echabas de menos?

A Ekko se le empezaron a empapar los ojos, creía que estaba muerta, la última vez que la vio... eso no importaba ahora, no quería mostrar debilidad delante de todos los que le admiraban.

-¿Podemos hablar en privado?-preguntó tranquilamente.
-Claro, lo que tú digas.

-Subamos-le señaló al árbol con la cabeza, al ver el mural Powder casi se echa a llorar, le frotó los ojos y volvió a poner la cara inexpresiva que había llevado todo el día debido a su cansancio emocional- vamos a hablar más tranquilos allí.

Sus pasos resonaban mientras subían por una escalera hasta la casita de más arriba del árbol que era donde dormía y habitaba Ekko. El interior tenía poca cosa, había una especie de sofá y unas mesas con planos y otras cosas tecnológicas.

-Toma asiento. -señaló el sofá, ella se sentó y Ekko agarró la silla de su "escritorio" y se sentó delante de ella.-creía...creía que habías muerto... Powder. -Le resbalaron unas lágrimas por su cálida mejilla.

-Tendrías que haberme dejado morir. Darle una patada a la granada, ¿en serio? Tendrías que haber huido y haberme dejado morir en paz, estaba lista para morir contigo, incluso si no te ibas conmigo.

-Powder, que estás diciendo.

-Siempre lo arruino todo Ekko.

-Te vi morir, vi a Silco llevarte, estaba impotente Powder, no te quería perder, mucho menos acabar contigo.

La peliazul empezó a llorar con las palabras de Ekko, a gritar, y a golpearse en la cabeza con ambas manos. Ekko se sorprendió e intentó coger sus manos en vano para detenerla. El dolor escurría de los gritos de la chica, cada suspiro era dolor. El joven sin saber que hacer para ayudar a la persona que amaba, la abrazó. Ella no devolvió el abrazo, siguió llorando, la saliva y el moco le escurrían por la barbilla y las lágrimas recorrían su cara.

-Lo he matado Ekko, he matado a Silco. YO NO QUERÍA, NO QUERÍA LO JURO.
-Shhhh, Powder, ya vale, no se puede cambiar el pasado.
-Ekko solo me quedas tú - se le entendía poco entre los lloriqueos y quejidos que salían de su boca- solo te tengo a ti, lo siento por todo, estoy sola. Te necesito.
-Powder, deberías descansar -ella le abrazó fuerte en ese momento, el correspondió al abrazo.
-No puedo, no puedo descansar, mi cabeza no se detiene. No se calla. Dame tu calor Ekko, por favor.

El chico estaba contrariado, no sabía que hacer con el desecho de lágrimas que tenía entre sus brazos, lo único que sabía era que no quería dejarla sola, su corazón latía rápido teniéndola alrededor y ella necesitaba su apoyo.

-Esta bien Powder, te puedes quedar a dormir.-respondió el escogiendo con cuidado sus palabras.
-Quiero más, Ekko, te quiero a ti. -Jinx miró hacia arriba, sus caras a centímetros la una de la otra, ella le miraba con deseo, sentía su aliento en sus labios, el olor a grasa de su pelo, el calor que su mirada desprendía, esa electricidad que salía de sus ojos debido al shimmer.
-Powder, no creo que debamos...no así.
-No me abandones por favor, te necesito, ahora mismo.

Ella inició el beso, tímido e inocente, pero muy desesperado, poco a poco la necesidad se iba haciendo evidente, no solo de su parte sino de la de él también. Lentamente el beso se volvió húmedo, cálido, caliente, ella le acercó a él a su cuerpo, para que sintiera su frenética respiración y pulso. El calor que ella fue más que suficiente para pasarlo a su "amigo".

Él la tumbó con cuidado en el sofá y se quitó la camiseta, sintiendo todavía la intensidad de la situación consumirlo, ella le siguió el ritmo y con el tiempo la ropa que estorbaba desapareció de ambos, quienes se derretían por el tacto del otro. Esa noche sus cuerpos conocieron la danza del otro, cosa que repetirían, ocasionalmente.

Lone Star(Timebomb)[CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora