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El embarazo le estaba trayendo muchas cosas malas a Jinx. Usualmente soñaba el quedarse sola pero últimamente un sueño recurrente que estaba teniendo era su hija naciendo muerta, o Ekko muriendo, a manos de los mismos que le quitaron a sus padres.

Deseaba enseñarle a Piltover de todo lo que era capaz de hacer si herían a su familia.

Para tapar esos malos pensamientos, y positivamente pensar en que iban a ser felices, usaba su tiempo para hacer juguetes para los niños y estar con ellos, las hormonas del embarazo la habían hecho muy sensible y entre Vi y Ekko cuidaban que ella estuviera tranquila.

"Ekko, sabes que ya no me lo puedes esconder más" soltó Jinx, ayudando a suturar una herida que Ekko había recibido junto a otra mujer de los firelights. El paño empapado en alcohol con el que Jinx frotaba en la herida hacia al moreno sudar del dolor, guardando sus quejidos. "Sé lo que está pasando, ya sé que no quieres que me pase nada pero quiero ayudar" ella acarició su abultado estómago, pronto haría seis meses desde su último periodo, y esa era su forma de contar cuando tiempo llevaba.

Jinx era bastante más observadora que Ekko, y Zeri había estado faltando a las reuniones de los firelights, con lo mucho que a ella le gustaba jugar con los niños y sentir el bebé de Jinx con la mano, era raro no haberla visto en semanas. Al principio consideraba que simplemente estaba ocupada o estaba pasando por algo. Pero sabía lo positiva que era y la sencillez con la que afrontaba la vida, por lo que estar tanto tiempo sin ella ya la estaba preocupando.

Ekko sabía que Zeri se había quedado con su familia, las cosas eran duras en Zaun y cada barón químico hacia sus cosas, la guerra había distanciado a la gente de Zaun en vez de unirla, y cada uno se iba con quien más cerca tenia, cualquier forma de conseguir un poco de protección en ese caos.

"No necesitas ayudar, estando aquí estás segura" acarició la cara de la joven mirando a sus ojos violetas "voy a arreglar esto para que nuestra hija tenga un futuro mejor al que nosotros tuvimos." Puso su frente contra la de ella, escuchando la difícil respiración de la chica y aguantando las ganas de llorar, la presión era demasiada.

Ekko bufó del escozor de sus heridas. Jinx agradeció a la chica que les estaba ayudando, una chica joven que había admirado a Jinx un tiempo y al verla en los firelights decidió unirse. Aunque hubiera dejado su camino de criminal anarquista, seguía teniendo una fama alrededor de Zaun.

"Perdona Powder" alguien entró al cuarto donde estaban los tres "alguien te está buscando" Jinx se levantó dudosa, era tarde y normalmente no recibía visitas más que de Vi y quizás alguna vez Caitlyn, y Viktor la revisaba dos veces a la semana, miércoles y sábado, y era viernes. Tenía los días marcados porque cada día hacía algo diferente para formar a los niños y mantener con esperanza a los adultos, la comunidad de los firelights se preocupaba por la integridad mental de su grupo gracias a Ekko.

Jinx miró al moreno, quién tampoco supo decirle qué estaba pasando. Y se levantó de la cama donde estaba sentada con cuidado, saliendo de la cabaña.

...

Lo primero que vio al abrir la gran puerta de piedra fueron unos brillantes ojos violetas y un brazo cableado del mismo color. Una mujer imponente delante suya.
"Jinx, ¿no es así?" los ojos de la mujer de voz robótica se posaron en la barriga de Jinx, quién se sintió incómoda y cruzó los brazos encima de su vestido lila que disimulaba un poco el bulto. "Tu no me conoces, pero yo a ti sí." la extraña mujer intentó acercar su mano a la cara de la peliazul con cuidado, pero esta se sobresaltó. "me lo temía. Te conozco desde pequeña. Yo fui una vez como tú, una huérfana con buenas intenciones, pobre y desdichada."
"No sé a qué viene esto. Yo estoy bien. Tengo una familia ahora, si tenías algo que ver con Silco no me interesas" retuvo las lágrimas. "No es eso querida, tienes un talento especial que desperdiciaste. Y una en alto cargo se entera de muchas cosas, lo necesitarás. Propongo una alianza. No quiero ser tu enemiga. Me presento, soy Renata Glasc, de las industrias Glasc, la mujer más rica de Zaun, y yo también quiero venganza contra Piltover." Jinx retuvo su mirada en el fluido que recorría el brazo de la mujer, sus ojos se agitaban. Tenía miedo.
"No hace falta que me respondas ahora" le dio una tarjeta con una dirección "pero sé que me vas a necesitar, y soy muy generosa."

....

"No, Powder. No hagas tratos con esa mujer" Ekko respondió sin pensar "no te voy a retener si quieres hacerlo, pero entiende que eso es un último recurso. No quiero hacer tratos con un barón químico a menos de que sea estrictamente necesario." ella lo abrazó. Acariciando su espalda intentando relevar un poco de la presión que el cargaba, la barriga aún no era demasiada como para no poder abrazarse pero si costaba un poco hacerlo.

"Firelights!" se oyó de repente, y una sucesión de gritos alentadores.
"Creo que deberíamos ir" sonrió a su chica y ella devolvió la sonrisa.

Los niños jugaban en corro y los adultos los miraban mientras hablaban con un poco de procuración.
Ekko tenía una mala espina, pero Jinx no se lo pensó mucho antes de unirse al corro de los niños a dar vueltas. Verla así de feliz hacia que Ekko se enterneciese, nunca pensó que Jinx sería buena madre, pero ver lo cariñosa y atenta que era con los niños le daba esperanza.

Era un día de comer entre todos, aunque intentaban ser autosuficientes, no había mucho que tuvieran en Zaun últimamente, y todo lo que había se lo llevaban los barones químicos. Pero eso no hacía perder al joven la esperanza, él sabía que podía sacarlos de esa situación.

Un gesto de sorpresa llegó a su cara cuando vio que la joven peliazul se estaba durmiendo, intentaba sonreír pero sus párpados se caían. Ekko le cogió de la mano y le susurró "¿Quieres que te ayude a subir y te acuestas ya?", cuando ella le sonrió él ya sabía la respuesta.

La ayudó a subir y la arropó como si hubieran vuelto a los tiempos felices en los que vagaban como niños en el sumidero y dormían juntos, como cuando Ekko tenía que irse porque sus padres llegarían de trabajar y la arropaba para que no tuviese frío cuando él no estaba.
Besó su frente y salió de el cuarto donde ellos dormían.

....

Esa noche no había pesadillas, era una de las noches en las que ella al despertar se preguntaba porqué se preocupaba tanto. Pero sus miedos empezaron a cobrar sentido cuando un olor realmente familiar empezó a inundar sus fosas nasales.

Lone Star(Timebomb)[CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora