• Título: El comienzo de algo nuevo.
• Género: Acción.
• Tipo de narrador: Tercera persona.
• Personajes: Bakugõ Katsuki, Midoriya Izuku, Doctor Chiryõ Nagusame, Shota Aizawa, Eijiro Kirishima, Denki Kaminari, Mina Ashido, Shoto Todoroki, Fumikage Tokoyami, Midnight, Cementoss y All Might.
• Shipps: Ninguno.
• Advertencias: Ninguna.
• Cantidad de palabras: 4,170.
• Bonus extra: Incluido.
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Otra noche para el profesor Aizawa Shota era otra noche trasnochado por trabajo. Solo que esta noche, en vez de repasar y planear la malla de clases o corregir exámenes, estaba concentrándose en su principal dolor de cabeza: sus dos alumnos de la clase 1-A, Katsuki Bakugõ e Izuku Midoriya.
A pesar de todos sus intentos, pruebas, castigos y cualquier otra cosa que se le ocurriera todavía no conseguía que trabajen como un equipo. Y le preocupaba más luego de la pelea que tuvieron esa semana.
Ahora que se aprobó que los de primero realicen su residencia, Midoriya trabajaría pronto con un héroe profesional de manera sería; mientras que Bakugõ, al no poder conseguir su licencia provincial, tendría que repetir el examen. Debía encontrar una forma de que sus alumnos se comporten mejor para no avergonzar el nombre de la U.A., pero solo tenía una idea. Un último recurso desesperado.
Su suspiro rompió el silencio en aquella solitaria habitación. Quizás una medida desesperada era lo que necesitaba para avanzar de manera positiva en la relación de esos dos alumnos problemáticos.
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Bakugõ y Midoriya estaban en el tren, volviendo a los dormitorios de la U.A. luego de haber asistido a una cita peculiar, con una persona aún más peculiar. Su sensei les había dado la misión de encontrarse con el héroe retirado conocido en la actualidad como el doctor Chiryõ Nagusame. A pesar de que ambos desconocían el motivo de esa reunión, poseían cierta información sobre el señor que visitaron, pero nunca imaginaron que lo que pasó les sucedería.
Ninguno de ellos se sentó, prefiriendo estar parados y analizar la situación. La mirada de Midoriya se posó en el rostro de su compañero, observando aún con estupefacción el moretón que tenía Bakugõ en el ojo derecho, uno que era igual al que él mismo poseía. Por su parte, el rubio gruñó antes de apartar su cara, incomodado por el escrutinio de Midoriya.
—Deja de mirarme, idiota —reprendió enojado. Tenía suficiente con la locura que estaba viviendo como para soportar las tonterías de su compañero.
—Perdón, Kacchan, es solo que aún me sorprende el don de Nagusame-san —repuso aún impactado.
—Tch, yo aún no puedo creer que ese vejestorio se haya atrevido a golpearme. —Su labio superior se levantó con desagrado y su ceño se frunció todavía más, destilando rabia por cada poro.
Midoriya asintió con seriedad hacia Bakugõ, ambos recordando cómo con una simple acción y unas pocas palabras, el héroe retirado y ahora psicólogo Chiryõ Nagusame, los había dejado con la boca abierta y un montón de dudas y reclamos para su profesor.
