•Título: "AL FINAL TE ENCUENTRO" (Bonus sorpresa)
• Género: Acción, drama.
• Tipo de narrador: Tercera persona.
• Personajes: Katsuki Bakugõ, Ejiro Kirishima y Lectora.
• Consigna: Número 3.
• Shipps: Bakugõ x Lectora.
• Advertencias: AU de personajes adultos. La lectora posee un quirk que será explicado a lo largo del relato. Algunas groserías.
• Cantidad de palabras: 10,617.
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Los rayos del sol que atravesaban su ventana alumbraban completamente la estancia, decorando el blanco de las paredes con un agradable color naranja. Bakugõ estaba tendido boca arriba en su cama, abrazando con uno de sus brazos la almohada que yacía sobre su abdomen con pereza. Arrugó el ceño con hastío, notando que el negro de sus párpados se tornaba rojo gracias a la luz, robándole la oscuridad que tanto disfrutaba al dormir. Sujetó la almohada con fuerza para luego suspirar y tapar su rostro con ella, tratando de volver a dormir sin que la calidez de la estancia lo molestara. Al moverse notó el dolor en su cuerpo, en especial en sus brazos y palmas, siendo estás las más afectadas gracias al uso excesivo de su don la noche anterior.
Giró su rostro a un lado, hacia la mesita de noche, sin sacar la almohada de encima. Su reloj digital indicaba que eran las siete y treinta y seis de la mañana, pero su mirada se centró en el pequeño cuaderno rojo que descansaba a su lado.
El sueño abandonó su cuerpo con rapidez al mismo tiempo que el color de sus mejillas. Tiró su sábana a patadas, sin importarle que la almohada haya salido volando, levantándose con desesperación para agarrar el cuaderno sin aliento.
Tragó grueso observando su tapa gruesa y los señaladores que sobresalían de sus bordes, todos alineados entre sí con una exactitud enfermiza digna de cualquier perfeccionista... a excepción de uno que resaltaba entre los demás, ya que en realidad no se trataba de un señalador en sí.
Llevó sus temblorosas manos a la página señalada para descubrir por qué era diferente a como lo había dejado antes de dormirse, descubriendo que se trataba de una fotografía con algunas palabras escritas al pie de ésta.
Sus ojos rojos se pasearon por aquella imagen sin dejar ningún rincón sin observar, releyendo una y otra vez aquella oración que aceleraba sus latidos. Podía escuchar el retumbar de su corazón justo en sus oídos, cada vez más fuerte, como si ese fuera el único sonido en el mundo. Sujetó con fuerza la cubierta, haciendo acopio de todo su autocontrol para no explotar el cuaderno en aquel instante. Estaba tan concentrado en la página que ni siquiera se dió cuenta de lo agitada que estaba su respiración, ni de lo mucho que apretaba sus dientes, los cuales se veían a través de su labio superior levantado con enojo. La indignación invadía su cuerpo poco a poco, provocando que su ceño fruncido forme una X justo encima del nacimiento de su nariz.
Quería crear una explosión tan grande que no deje ningún rastro de aquellas palabras, sin embargo, arrojó el cuaderno lejos de él. Un profundo gruñido abandonó su garganta. Estaba furioso, no podía creer lo que había visto hacía apenas unos segundos.
