𝚄𝚗𝚊 𝙳𝚎𝚌𝚒𝚜𝚒ó𝚗 𝚀𝚞𝚎 𝚃𝚘𝚖𝚊𝚛

cap1 « Verdades Ocultas »

Kimberlyn Pierce (recordando la oscura realidad)

A mis 5 años me enteré de que yo había nacido solo para un propósito, seguir con el legado de la familia, este legado es muy peculiar la verdad, yo nací para ser una asesina, o en eso me convertiría, no me molestó enterarme de que fuera ese mi futuro, desde entonces me entrenaron...con el paso de los años tenía aprendido múltiples técnicas de combate, manejo a la perfección de cuchillos y una excelente puntería, pero nunca antes había tenido el honor de acabar con una vida (humana).

El día de mi décimo quinto aniversario, el regalo fue magnífico, adivinen, no fue un lindo vestido, o incluso un coche no Nono me dejaron cazar a mi primera víctima y demostrar todo lo que había aprendido.

No puedo describir lo que sentí en ese momento.

Todo fue bastante normal, como en todos mis cumpleaños anteriores, me levante con desayuno en la cama pero esta vez preparado por mi hermano, un lindo feliz cumpleaños de mi padre y abuelos, un regalo que mi madre había preparado antes de morir (una majestuosa daga de platino, oro y diamantes) al bañarme y prepararme me comentaron que había una sorpresa en la terraza, estaba muy emocionada soy muy curiosa.

En la mesita estaban las coordenadas de un edificio abandonado donde radica uno de los mafiosos con más influencia en varios países por tráfico humano, droga y traficar armas, como me enseñó mi hermano los malos deben pagar, al contrario de mi padre que no ve eso para el solo es cumplir el objetivo, la ira me consume, odio a esas malditas personas, tomo mis cosas y me retiro.

El lugar era bastante viejo y sin mucha higiene, me aventuré en el edificio abandonado y percibí unos cuantos hombres armados intenté evitarlos, pero  únicamente cuando era necesario los eliminaba, carezco de empatía, no sentí nada al matarlos, ni placer, ni remordimiento, simplemente nada, pero puedo decir que una pequeña parte de mi quería seguir haciéndolo, creo que personas como ellos no deberían estar así que, no me molestaba.