Fiesta de pijamas (6)

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Mi madre se rió, Berta igual lo hizo, la miré mal por reírse de mí.

- Aunque sería una lastimita... no tendré nietos...- se puso una mano en el pecho y se limpió una lágrima falsa.

- ¡Mamá!- exclamé ahora avergonzada.

- Si podemos tener hijos... Gestación subrogada...- mencionó Berta con tranquilidad.

- Berta, no la motives.- me quejé.

Ella sonrió con inocencia.

No voy a decir que el incidente y el rumor se fueron disipando, porque no fue así, gente que ni conocíamos y que eran amigos de gente del instituto, pero de otros colegios, nos llamaban apodos detestables por la calle cuando íbamos con Kelly y Alexandra. Normalmente ignorábamos aquellas palabras, después de todo, no considerábamos que fueran para nosotras, es decir, lo único que había entre las cuatro era amistad.

Continuamos con normalidad con nuestra usual manía de hacer fiestas de pijamas ignorando lo que cualquier intolerante o cualquier chica estúpida de mente cerrada pudiera decir. Aquella vez, Álex se encargó de recordarme y hacer el chistecito de que no usará el busto de Berta como almohada por la competición de no dormir. Se llevó tres sopapos en aquella noche, porque no lo recordó precisamente solo una vez, no, se encargó de recordarlo más de dos veces. En la ocasión en la que estábamos, podría decir que el lugar en el que dormiríamos, era la habitación y la casa de Berta; su habitación, a diferencia de la casa de las mellizas, solo tenía una cama, así que, para que cuatro personas se quedarán a dormir, no teníamos de otra que tirar dos colchones al suelo del salón y dormir allí porque no había espacio para ponernos en otra habitación que no fuera esa. Aquella vez no tardamos tanto en irnos a dormir y simplemente Álex y Berta se dedicaron a torturarlos a Kelly y a mí con películas de amor y dramas románticos asquerosos que me daban ganas de vomitar solo por los títulos que tenían. Así que, con eso, consiguieron que me fuera rápido a dormir, aún así, aunque estaba en el colchón, estaba con el teléfono y usando la manta como tapones para los oídos. Literalmente se vieron tres pelis; ¡Tres películas! La saga entera de películas... Dios, ¿Cómo les pueden gustar las comedias adolescentes? Son una basura.

Aparentemente decidieron que las dos hermanas dormirían juntas, porque después de quitarme la manta de la cabeza entre risillas y decirme por cuarta vez que no dormiera en su pecho apoyada, me quedó claro que Berta, irremediablemente, dormiría conmigo.

Allá ella, doy patadas por la noche... a veces... pocas veces...

Dejemos ese tema...

Parecía como que Álex exclusiva y desesperadamente estaba deseando que volviera a perder control de mis acciones y dormir otra vez de la misma manera que la última vez. Ni siquiera entiendo porque le daban tanta importancia a eso, ni que fuese a pasarnos nada por dormir así, los accidentes sí existen, aunque el maestro uwain, la tortuga de Kung Fu Panda, diga lo contrario.

El desayuno no estuvo mal, pero la mañana se nos alargó en su casa al querer hacer un paso de modelaje (Álex y Berta) y usarnos como maniquíes (Kelly y yo); por lo que, tuvieron que correr por toda la casa intentando atraparme porque me niego rotundamente a ponerme un vestido o una falda tal y como esas dos locas están planeando hacerme.

Después de atraparme en un intento de esconderme en lo más profundo y oscuro de la habitación de los cacharros, lo que podría llamarse trastero, y llevarme arrastrando a la habitación dejando un recorrido de uñas marcadas en el suelo. Finalmente me encerraron en la habitación, junto a Kelly, que tenía un peinado de niña fresa y un vestido anaranjado con un estampado de peras por encima de la rodilla; en mi caso me obligaron (y casi me lo tuvieron que poner ellas porque me negué incluso a respirar) a ponerme un conjunto de de un mono de manga corta por medio muslo de color crema con estampado de florecillas color canela, con una camiseta negra por dentro de manga larga y un ridículo pañuelo de seda en el cuello.

- Woah... Casi parece que no te quieras morir...- comentó Álex con sarcasmo sonriendo enternecida.

- Os odio.- fruncí el ceño.

Me sentía tan humillada con esa ropa en ese preciso momento, solo quería quitármelo, pero no me dejaban hacerlo. Porque querían hacerme un peinado que me quedara con ese conjunto, me negué, incluso así, Álex me inmovilizó de alguna forma (no sé como tiene tanta fuerza) y Berta empezó a hacerme el peinado. Intentaba agitar la cabeza, odio que me hagan estás cosas, no me gustan. Por más que les decía que no, me frustraba que no me hicieran caso. Al final acabé por tomar medidas bruscas que yo consideré necesarias en ese momento porque ya me estaban tocando los ovarios más de lo necesario, y le di un codazo en las costillas a Álex y un empujón a Berta que la tiró mal suelo; después me fui corriendo al baño y me encerré allí a saber por cuántas horas porque no me llevé el reloj ni el teléfono, además, el tiempo pareció pasar exageradamente lento.

No fueron a por mí inmediatamente, porque primero estuvieron con Álex, quién se había llevado el golpe más fuerte, y claro, no iban a ir todas, Kelly fue la vino, Berta se había quedado con Alexandra. Me pidió perdón aunque ella no había hecho nada, pero aún así se sentía ligeramente culpable por no haberlas parado. Estuvo un rato allí, sentada en el suelo del baño a mi lado, hablando entre susurros; me habría traído mi ropa, lo cual le agradecí sin palabras, solo con la mirada. Al cambiarme, inspiré profundamente, no quiero donar borde, pero tampoco les voy a perdonar que me estuvieran magreando el pelo cuando detesto que lo hagan; si no las hubiera parado, me hubieran hecho maquillarme y tengo más límites.

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Sinceramente, solo he ido a una fiesta de pijamas en toda mi vida, fue para un cumpleaños de una chica cuando teníamos unos trece o catorce años.

La chica que hacía la fiesta ni siquiera me caía bien, de hecho, esa chica me tenía un asco horrible y se reía de mí. Precisamente por eso nos invitó a mi mejor amiga y a mí, para reirse de nosotras dos mientras veíamos una peli de miedo.

¿Lo irónico de la situación?

Que se acabaron asustando todas y todas salieron corriendo de la habitación menos dos, otra chica y yo; nos quedamos tal cual viendo la peli.

Tremendas carcajadas mentalmente me di por eso.

En fin... basta de dramas y de anécdotas uwu

Aquí las opiniones --------------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

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34.- Can I... Kiss you? (LGBT/Lesbian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora