A-Yuan, ¿Me recuerdas?

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Lan Sizui se encontraba detrás de Jingyi, miraba hacia el suelo y apretaba sus puños tratando de controlarse tal y como su padre, Wangji le enseñado.

Pero le estaba costando, puede que el no recuerde mucho de su infancia, pero lo que le estaban diciendo simplemente no tenía sentido.

— ¡Eres un Wen! tu familia acabo con miles de cultivadores, terminaras siendo igual que ellos, siempre serás un Wen por más que actúes como un Lan.

— ¡Callense! están faltando altamente a las reglas de Gusu, ¡le diré a mi tío!

— Ah, ni siquiera ellos querían que estuvieras aquí, todo fue gracias a Han Guan Jun, el se aferro a que vieneras aquí, dicen que el y el líder Jiang fueron los responsables de matar a quien los protegía, se sintio culpable, tal vez el...

— ¡No hables de mi padre así!

— ¡El no es tu padre, nunca serás sangre de Gusu! ¿porque no lo entiendes de una vez? te crees perfecto, queriendo ser una copia de Han Guan Jun, todo recto, obediente y perfecto, ¡eres una farsa!

Jingyi, quien estaba sorprendido por el arrebato de su amigo, volvió a reaccionar ante tales palabras.

— A-yuan nunca será como un Wen, el es mi familia, es un Lan, ¿que no ves la cinta en su frente? es hijo de Han Guan Jun, por lo tanto, es mi primo, tiene más derecho de estar en esta secta que tu.

— Mhn.

Los chicos, quienes habían estado amedretando a Sizhui y Jingyi, se quedaron tiesos al escuchar el familiar monosilabo ajeno, cuando voltearon pudieron observar a Lan Quiren y Zewu Jun observándolos con una total mirada de desaprobación, lo más atemorizante, fue la tranquila y severa mirada que Han Guan Jun les dirigía. De repente, un raro sonido se escucho detrás de ellos, sorprendidos se giraron para descubrir el sollozo que salió de Lan Sizhui, las lágrimas ya habían empezando a caer, y para cuando Han Guan Jun intento acercarse a él, el pequeño niño ya había salido corriendo.

Los tres adultos quedaron perplejos ante la situación, sorpresivamente el primero en reaccionar fue Jingyi, quien se inclino ante los mayores y salio detrás de su amigo, corrió por donde lo vio correr pero para cuando llegó ni había rastro del chico.

Sizhui había corrido sin fijarse mucho donde estaba, y para cuando volvió a prestar atención se encontró en un apartado rincón de Gusu, lo reconocía porque era donde Huan Guan Jun solía llevarlo años atrás, donde tocaba esa misma canción, por los mismos recuerdos, se arrodillo en el suelo y dejo salir el llanto, no podía detenerse, y el nudo en su garganta era tan doloroso que le desesperaba, lloro y lloro, desesperado por no saber nada de su pasado, de su familia.

— A-yuan.

Aquella voz fue más como un susurro, algo que el viento trajo, alzo la vista y no vio más que un punto específico, parecía brillar con más fuerza que los alrededores, y se sentía muy atraído a el.

— ¿quien es?

— Rabanito.

El apodo encendido algo dentro de el, se levanto y camino hacia la borrosa luz, llorando con más fuerza, para cuando llegó, aquella borrosa alma desapareció, A-Yuan se recargo en la gran piedra detrás suyo y presto atención, pero la voz nunca regreso.